Una vez me preguntaron si había tenido un momento que nunca olvidaré, entonces no pude contestar, mi vida no había sido emocionante, más bien aburrida y llena de fracasos, pero ahora te doy a tí la respuesta:
"Elijo protegerte. A cualquier precio"
E...
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Las gotas de lluvia se deslizan por el cristal de la ventana, suspiro, el cielo está gris y el único sonido de la oficina es el golpeteo del bolígrafo contra el escritorio de Alan, quien me mira con impaciencia.
—¿Señorita, Richter? —Insiste.
—Alan, por favor, ya te he dicho que no hay nada más —Bostezo y le doy un sorbo a mi vaso de café, sabe a tierra— Y llámame Kay.
—A ver, Kay... —Se pellizca el puente de la nariz, resopla— Si omites información tu testimonio se vuelve poco fiable, cuando arrestemos al secuestrador serás indispensable para el juicio, si no dices todo perjudicas el caso ¿Entiendes eso?
—Ya sé ¿Qué más quieres de mí?
—Solo te pido honestidad, iremos en reversa esta vez. Llevaste a Richy Roger al hospital ¿Antes de eso?
—Tuvimos un enfrentamiento con el secuestrador, él le disparó a Richy como venganza contra nosotros por el balazo que recibió de Dan, también soportó varios golpes para protegerme.
—Sí, tenemos el reporte médico ¿Cómo supiste en qué parte de la mina se encontraba tu amigo?
—Deambulando hallé un cuarto con una computadora conectada a cámaras que estaban por toda la mina, pude ver dónde estaba Richy y fuí a buscarlo.
—¿Había alguien más ahí en ese momento?
—No.
—No —Repite escéptico— ¿Y por qué estuvo el FBI en el Grimrock entonces? Debes tener alguna idea.
—Pregúntales a ellos, también quisiera saber cómo llegaron —Tallo mis ojos en un pobre intento por despertarte— ¿Puedo irme ya?
—Sí, por supuesto —Me levanto y tomo mi bolso— Te pido que no salgas del pueblo en unos días.
—Pensaba quedarme con mis amigos un tiempo, pero ¿Por qué lo dices? —Esta vez no logro ocultar mi nerviosismo.
—Eres testigo material en el caso, volveremos a conversar ¿Los peritos tomaron tu ADN? Lo necesitamos para descartar la evidencia hallada en la mina.
Asiento y muerdo el interior de mi mejilla, no me gusta esto, él se levanta y me abre la puerta para que salga. Jessy se acerca desde la "sala de espera" que son tres sillas en el pasillo, no dejan de dolerme sus ojos enrojecidos.
