Abril de 2021
Edificio abandonado,Madrid.
10:15 a.m.
SILVIA.
Odio esto, es un aburrimiento. La señorita Herranz, lleva dos horas explicandome algo llamado matemáticas. Según ella esto me servirá el resto de mi vida, pero a mí me parece más un infierno que otra cosa.
—En una hora tienes que estar de nuevo aquí, empezaremos con historia.
Sin decir nada más, abandonó el aula y trato de recordar donde me dijo Dani que podría encontrarle, camino por diferentes pasillos hasta llegar a la que pienso que es la puerta de su despacho. Llamo antes de entrar, se quita un auricular y me mira divertido.
—Hola rubia, ¿Qué tal las primeras horas de clase?
—Vaya infierno, odio los números y a la señorita Herranz. No me gusta. Nada.
Se ríe, coge el otro auricular y lo guarda en la funda. Le enseño mi libreta donde tengo los ejercicios que me ha mandado para hacer en casa, me ofrece un lápiz pero niego.
—Intentalo.
—No me sale Dani.
—Veamos, Raquel tiene dos hijos...—comienza a leer.
Niego agobiada, parece darse cuenta pues deja de leer.
—¿Quieres que escriba a Sergio para decirle que por hoy es suficiente?
Asiento, coge su móvil se queda mirando la pantalla y luego niega. Me mira a los ojos mientras me sonríe un poco.
—Se lo dirás tú, no siempre podré ayudarte en este tipo de cosas.
—¿Y si se enfada?
—No lo hará, tú solo explicale como te sientes y ya está, lo entenderá.—sonríe levantándose de su silla.
Me hace un gesto para que lo acompañe, salimos de su pequeño despacho dirigiéndonos hacia el de Sergio. Llama a la puerta y no tarda mucho en darnos paso.
—Irá bien.—asegura.
—¿En qué os puedo ayudar chicos?¿Qué tal las clases Silvia?
—De eso quería hablarte, no sé si tantas horas con la señorita Herranz diarias me ayudarán a entender mejor las cosas—explico bajo la atenta mirada de Sergio—,queria preguntarte si podrías reducir las horas diarias, me he sentido muy agobiada en tan solo las primeras horas...
Sergio no hace ningún tipo de expresión. ¿Se habrá molestado? Mira a Dani y luego a mi.
—De acuerdo. Tres horas diarias, se lo comentaré a la señora Herranz.
—Gracias Sergio.
Niega, hace un gesto para que nos sentemos. Dani y yo hacemos lo que nos pide, segundos después la puerta se abre.
—Quiero presentaros a dos buenos amigos, Dane y Catalina. Ellos son Silvia y Dani, os he hablado de ellos.
—Encantado.—dice Dani.
—Igualmente chico, Sergio nos ha hablado muy bien de tus capacidades.
Catalina se acerca a mí y a diferencia que el resto de integrantes cuando se presentaron me abraza.
—Es un placer conocerte, tú y yo seremos buenas amigas.
—Catalina, llévate a Silvia a pasar el día fuera. Enséñale "cosas de chicas" o algo.—le pide Sergio.
—¿Cosas de chicas?—pregunto confunsa.
Dani me mira y sonríe, sabe lo confuso que es todo para mí. Catalina pone los ojos en blanco y me da la mano para abandonar el despacho.
—Vas a pasar un día increíble, te lo aseguro.—dice Catalina con una tierna sonrisa.
Abril de 2021
Centro comercial.
12:44 a.m.
Catalina tenía razón, está siendo increíble. Hemos ido a comprarme algo de ropa, me ha dejado elegir muchas cosas en su gran mayoría vestidos de colores pastel y prendas que según ella me favorecen. Hemos ido a la peluquería donde me han peinado con unas ondas y me han puesto unas pocas mechas de color rosa en las puntas. Luego ella misma se ha ocupado de comprar maquillaje para enseñarme a maquillarme a la perfección esta misma tarde.
—Nos van a hacer la manicura, mañana tenemos cita en un pequeño spa para un tratamiento completo. Te encantará.
—Gracias Catalina. No tienes por qué...
—Ey, escúchame si está en nuestras manos tu vida no volverá a ser un infierno. Lo has pasado muy mal, es momento de que disfrutes, de que hagas amigas y amigos, salgas con ellos a pasarlo bien...
Sonrió agradecida.
—Pero yo no sé hacer amigos...—susurro con sinceridad—,¿Cómo se supone que voy a hacer amigos si no sé?
—Dani es tu amigo.—sonríe.
—Es diferente, Dani ha sido y es mi persona segura. Llegó de forma inesperada y...
—Cuando llegué el momento no te darás ni cuenta de que tienes amigas.
Sonrío. Entramos en el pequeño local donde un chico muy agradable es quien me atiende.
—Me llamo Yago, ¿Y tú?
—Silvia.—respondo tímida.
Sus ojos miel se clavan en mí y sonríe, tiene una sonrisa muy bonita. Aunque tengo que admitir que su pelo me fascina, tiene una mezcla de colores que parece un arcoiris.
—Un placer bonita, ¿Que te hago en las uñas?—sonrie.
—No lo sé, no había pensado en nada.
Yago me mira con su sonrisa amigable, Catalina está pendiente de nuestra conversación mientras habla con la chica que le atiende a ella.
—¿Me dejas sorprenderte? Creo que tengo un diseño ideal para ti bonita.
Asiento. La siguiente media hora nos la pasamos hablando como si nos conociéramos de siempre, la verdad es que es muy simpático.
—Oye, ¿te apetece ir a tomar algo? Mi turno termina en quince minutos y he quedado con unas amigas, creo que les caerás bien.
Miro a Catalina y Yago inconscientemente hace lo mismo.
—¿Es tu hermana?—pregunta curioso y antes de que pueda darle una respuesta Catalina asiente—,¿Le importa que me lleve a Silvia una horas para que conozca a unas amigas? La cuidaré bien, prometido.
—A las diez en casa, ¿de acuerdo? Yo me encargo de comentárselo a Dani.—sonrie.
—¡Genial! ¡Lo vamos a pasar genial Silvi!
Algo dentro de mi me dice que así será.
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Cristal® [#1]
RomanceLIBRO 1 BILOGÍA ILESOS. (TERMINADA) Dos almas marcadas por el destino y el dolor. Él teme al amor, mientras que ella sueña con un final como los de los cuentos de hadas de su infancia. Cuando Silvia tenía apenas 4 años, su vida dio un giro devastad...