Continuación del Fanfic "MI LINDO CAPRICHO"
publicado en mi primer cuenta llamada @IceMiri.
Aún así siendo la segunda parte de la historia, esto no daña la lectura, puedes leerlo y perfectamente entenderás el contexto pues está segunda temporada e...
Este capítulo está dedicado a Pinky--Rose Gracias linda por el Apollo y por seguir aquí. En tan poco tiempo te haz vuelto especial para mí y te agradezco de corazón que escuches de mis tonterías.
Advertencia ⚠️ el contenido de este capítulo puede ser sencible para algunas personas ya que contiene lenguaje subido de tono y escenas sexuales, lea bajo su propio riesgo.
Si aún estás aquí, ¡espero disfrutes la lectura que con tanto cariño hago para tí!
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Pov Erick:
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Saqué las llaves con dificultad de mi portafoleo que colgaba de uno de mis hombros, sería más fácil maneobrar con todo lo que mis manos cargaban si Adelin no viniese tan ebria. Lo mío no era el Alcohol, veía sus efectos y un escalofrío extraño me recorría el cuerpo. La puerta se abrió y comenzaba a caminar para que Adelin también lo hiciera.
— Amor, eso estuvo increíble, Henrry rompió su récord de lagartijas frente a todos y Rox estuvo genial en el Karaoke — Reía de sus propios recuerdos mientras daba pasos inseguros y vacilantes para entrar al departamento llegando con un poco de dificultad a nuestro sofá para dejarse caer en el.
Me deshice de todas las cosas que llevaba, comenzando por mi portafoleo y su bolso color negro en el perchero cercano a la entrada mientras las llaves las ponia encima de una mesita la cual guardaba cosas como llaves, medicamentos, cosas para el celular y demás. Me incline de a poco para quitar las zapatillas rojas de mi querida prometida.
Le mire sonriendo ya que me hacía gracia que aún platicaba de aquella fiesta y lo "Cool" que fue. A mí me pareció nefasta, pero admiraba su poder de disfrutar las cosas como si fuera la última vez que las viviría.
Mientras seguía hablando de cosas que no entendía me avalance sobre ella mientras aún se mantenía recostada en el Sofá, le abrace fuertemente de la cintura mientras miraba a la mujer que acepto casarse con alguien sin historia, cuyos recuerdos se esfumaron como espuma en el mar.
