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Rhaenya suspiró mientras veía a su madre caminar hacia donde ella se encontraba, la platinada había estado escondida todo el día ya que no quería ver a nadie mucho menos a su padre el cual insistía que tenía que ir al cuarto de Viserys a escondidas para encamarse con él así no dejándole opción de tomarla como esposa pero la joven princesa hacía de todo para evitar los planes de su padre.
Seis meses habían pasado desde que Daemon tomó Dragonstone y Viserys había nombrado a su prima heredera provisoriamente hasta que se casara con una nueva mujer así teniendo un heredero varón muchos hablaban de las posibles candidatas siendo Laena Velaryon y Rhaenya Targaryen las mejores candidatas a Reina según el consejo pero el Rey Viserys no se había decidido más aún cuando su sobrina huía de él como si fuera el extraño tras ella.
—aquí estás, te estuve buscando por todo el castillo—dijo Alysanne acercándose a su hija—¿qué haces escondida aquí?
—no quiero ver a papá o al tío Viserys así que me escondo de ellos—dijo Rhaenya volviendo a su lectura sobre la conquista—no con todo esto de la futura esposa a la vuelta de la esquina
—no puedes escapar de todos cariño—dijo Alysanne sentándose a un lado de su hija—tarde o temprano te encontrarán
—mejor que sea tarde—dijo Rhaenya cerrando el libro para abrazar a su madre la cual sonrió de lado comenzando a acariciarle el cabello—¿por que papá es así con nosotras?
—¿así como?—preguntó Alysanne
—¿por que nos odia? Cada vez que me ve siento que me quiere matar solo por ser una mujer—dijo Rhaenya aferrándose a su madre haciendo suspirar a la platinada—yo no deseé ser mujer mucho menos ser una decepción para padre
—no eres una decepción para tu padre—susurro Alysanne besándole la cabeza su hija
—no me mientas, si lo soy—sollozo Rhaenya haciendo que la mayor abrazara más a su única hija—por mi él no es rey y jamás lo será
—mi hermosa dragoncita tu padre te ama, a su manera pero lo hace—dijo Alysanne aferrándose al cuerpo de su hija—y si sientes que no es así no importa por que yo te amo por los dos, eres mi hermoso milagro y te amo desde el momento en que supe que estabas en mi vientre
—¿no me abandonarás cierto?—pregunto Rhaenya aferrándose a su madre la cual sonrió enternecida recordando como su hija de tan solo tres lunas se aferraba a su pecho en busca de su calor—no quiero que tú también me abandones
—jamás te abandonaría cariño—susurro Alysanne acariciandole el cabello a su niña milagro—¿por que te abandonaría?
—por que soy una niña mimada que solo busca la atención que su padre no le da—dijo Rhaenya recordando las palabras de Daemon
—¿quien te dijo esas cosas?—preguntó Alysanne extrañada
—Daemon—susurró Rhaenya obvia haciendo suspirar a su madre
