PIRATAS

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Solo quedaba un segundo cuando, Sam logró salir... Uff, justo a tiempo.

Juno: Ohh que pena; pero tranquilo, soy una persona de palabra y, como tal, cumpliré con mi parte del trato.

Tras decir eso; Juno chasqueó los dedos y, Sam empezó a flotar y fue teletransportado pero... 

¡Lo teletransporto a el medio del mar en medio de la nada!

Sam: ¡AYUDA! ¡¡¡AYUDAAA!!!

Sam sabía nadar pero, estaba en medio de la nada y a saber de cuanto tardaría en cansarse de nadar, eso si no se lo comía otro bicho primero. Cuando Sam vio un enorme barco acercarse, armó un escandalo mayor, esperanzado porque alguien acudiera en su ayuda.

Del barco salió un ancla al cual, Sam se subió; una vez agarrado a tal, el ancla empezó a ser elevado. 

Una vez arriba del barco, se dio cuenta de que era un barco pirata. Era evidente pues, su tripulación se formaba entera de señores alrededor de unos 40 años que, llevaban la típica ropa pirata de las películas.

Pirata: Vaya, vaya, vaya... ¿Pero qué tenemos aquí? Si es un simple humano, ¿Qué hacemos con él? ¿Se lo damos de comer a las ratas o lo usamos de esclavo?

Toda la tripulación se rio como si hubiera dicho el chiste más gracioso que habían escuchado en sus vidas y Sam no pudo evitar preguntarse si acaso no eran ellos "simples" humanos también, ósea, eran piratas claro pero, piratas humanos, ¿verdad?

Sam: Primero quisiera hablar con el capitán del este barco.

Pirata: Claro, mejor si ella decide que hacer contigo.

El pirata era de un tamaño enorme, en un duelo, Sam no habría podido ni huir; así que, lo mejor era seguirle sin rechistar. El pirata le llevó por el barco y le guío hacía lo que parecía la bodega.

Sam: No lo entiendo, ¿aquí se encuentra el capitán?

Pirata: No, pero es tarde, lo mejor será que te pongas ropa limpia y vallas al comedor, allí podrás comer y hablar con la capitana sobre lo que pasará contigo.

Hasta ahora, Sam no se había dado cuenta de que tenía la ropa mojada, rápidamente miró el mapa sin preocuparse por ser discreto y se aseguro de que estuviera bien. El pirata mostró un interés innegable por el mapa.

Pirata: ¿Qué es ese mapa?

El pirata le quitó el mapa de las manos a Sam y se lo llevó.

Pirata: Puede ser peligroso para la capitana, me lo quedaré hasta que ella decida que hacer con él y contigo.

Sam: ¡Eh, espera! ¡Lo necesito! Por favor devuélveme el mapa.

Exigió Sam sin ninguna respuesta pues, el pirata ya había salido de la bodega a mitad de frase.

Sam se cambió apresuradamente y se encaminó hacia el comedor con pura intuición (ni siquiera le dijeron dónde estaba). Cuando llegó, vio que la sala estaba llena de agua que llegaba hasta la cintura, a nadie parecía importarle así que, lo ignoró.

En el centro de la sala, había una larga mesa llena de comida; y, a los lados estaban todos los piratas. Las dos esquinas de la mesa estaban vacías. Los piratas le indicaron que, se sentara en la esquina izquierda. Sam se percató de que, justo atrás de la otra esquina, había un enorme reloj de pared.

???: ¿¡Quién está listo para la celebración!?

Una voz que Sam no sabía de dónde salía gritaba con mucho entusiasmo. Todos los piratas celebraban con mucho escandalo y alegría.

Agarrada de una cuerda, una pirata de balanceó con mucho dramatismo hasta sentarse en la otra esquina de la mesa. Esa debía de ser la capitana de la que todos tanto hablaban; la capitana era una chica rubia con el pelo largo y ropa de pirata.

El reloj de atrás empezó a sonar con un volumen descomunalmente alto, tan alto que Sam se tapó los oídos y cerró los ojos por reflejos, y los dejó así hasta que, el reloj cesó.

Cuando abrió los ojos, todos los piratas se habían convertido en sirenas con colas y escamas en la piel. Sam intentó parecer lo menos sorprendido posible, total, ya se había encontrado con un hombre-araña-mutante-mágico.

Capitana: Bueno, ¿Qué me has traído Triturador de Cráneos?¿Un humano?¿Qué hace aquí? 

Dijo la capitana refiriéndose al pirata que le había robado el mapa. El pirata empezó a excusarse pero, rápidamente, Sam se adelantó a hablar, no quería que hablaran por él.

Sam: Disculpe, me llamó Sam; y YO NO DEBERÍA DE ESTAR AQUÍ.

Capitana: Vale, tranqui; yo me llamo Atolia y ya lo creo que no deberías de estar aquí, este es MI barco y a ti no te recuerdo entre la tripulación.

Sam: No, no lo entiendes; sé que suena loco pero, yo vengo de otra dimensión, tengo que volver.

Atolia: Ahhh, pues no, aquí es más común de lo que crees, conocemos perfectamente la existencia de otras dimensiones.

Sam: Ese tal "Triturador de Cráneos", me robó mi mapa; si me lo devolviera, te podría enseñar a dónde tengo que llegar. Necesito recolectar  un par de cosas para volver a mi hogar.

Atolia: No le puedes pedir a un pirata suprimir sus instintos, ¿verdad Triturador de cráneos?

El pirata le devolvió el mapa a Sam y él lo extendió y le explicó a la capitana a dónde necesitaba que lo llevara.

Atolia: ¡Bien! ¡Te llevaremos! Pero, vas a tener que hacer tareas mientras navegamos hasta que lleguemos al destino. ¿Trato?

Sam y Atolia se estrecharon las manos y así pactaron el trato. El resto de la noche fue: comida, fiesta, celebración y dormir. Y más le valía dormir a Sam, no tenía ni idea de las tareas que le tocaría hacer a la mañana siguiente.

✨Un viaje a otro mundo✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora