👾 Una aparición mística 👾

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Sam estaba atrapado entre un acantilado y un ejercito de gigantes al completo; ahora, era solo cuestión de cómo prefería morir. ¿¡Es qué no habría ni un día en el que Sam no se enfrentara a una muerte segura?!

Como la mayoría de las veces en las que Sam estaba en esta situación, se puso a gritar y llorar porque sabía que iba a morir.

Sam: ¡AHHH! ¡¡¡¡PORQUE SIEMPRE ME PASA ESTOOO!!!! 

Ante ese grito, los gigantes se quedaron paralizados y se taparon los oídos mientras gimoteaban; ¡Es verdad! ¡Atolia le había dicho que los gigantes eran muy sensibles al ruido!

Sam grito lo más alto que pudo; en su pueblo le hacían bullyng por muchos motivos, uno de ellos era que Sam era soprano pero, eso mismo le estaba salvando ahora. ¡Púdranse bullys! ผ(•̀_•́ผ)

Sam escapó por entre los gigantes y, básicamente, les hizo un caño pero, el es el balón (lo siento, no me sé explicar xd). Corrió mientras seguía gritando y, metió el cerebro en la mochila que los piratas le dieron, poco después, se dió cuenta de que ahí también estaba la comida. Ya era demasiado tarde así que, ahora tocaba buscarse la comida o, comersela con un ligero toque de cerebro espachurrado de gigante con otro toque bien sabroso de sangre.

Una vez se alejó lo suficiente del valle y, se aseguró de que no le siguieran; Sam volvió a abrir el mapa y, mágicamente había cambiado, ahora la flecha roja le indicaba que, tenía que ir al acantilado de las almas y, conseguir una verbena (planta).

Sam se empezó a dirigir hacia allí pero, enseguida se dió cuenta de que, estaba más lejos de lo que pensaba. Estuvo dos días caminando, haciendo algunos descansos para, comer, descansar e ir al baño (ósea, al arbusto más cercano); cuando, al fin ocurrió algo interesante.

Sam estaba caminado, como siempre cuando, al lado de los árboles, vio una forma como de un zorro...

¿Podía ser ese? ...

¿Lío? ...

Esperanzado, Sam corrió en su busca sin importarle nada más. Se hacía daño con las ramas de los árboles que, chocaban violentamente contra su cara pero, no podía dejar escapar el momento; si de verdad era Lío, puede que fuera la última vez que lo vería...

Lío seguía corriendo mientras huía de Sam, ese comportamiento por su parte tenía algo de sentido; si recordamos, Lío literalmente le arrancó un brazo a Sam, seguro que te has imaginado a Sam normal pero, durante casi toda la historia, a sobrevivido a todos esos retos SIN un brazo.

Sam: ¡Lío, no estoy enfadado contigo! ¡Vuelve quiero hablar contigo!

Lío se paró de seco, quizás no había reconocido a Sam hasta que, este habló. Se dió la vuelta y, Sam y Lío se volvieron a mirar a los ojos con, una profundidad que, ni las palabras pueden expresar. Ambos sentían infinitamente haberse separado.

Después de un momento de reconciliación y de reencuentro; Lío condujo a Sam a un lugar, esta vez, más tranquilo y sin correr; tenía que enseñarle algo.

Cuando llegaron al lugar, era un pequeño prado rodeado por árboles, los árboles tenían todos, agujeros que apuntaban hacia el prado. El lugar estaba lleno de unas especies de zorros de colores brillantes que corrían con majestuosidad.

Sam: No entiendo Lío, ¿Qué me quieres enseñar? Ellos son criaturas mágicas de aquí pero, tu eres un zorro, de NUESTRA dimensión. Venga, volvamos a casa juntos.

Lío frustrado porque, Sam no entendiera, empezó a brillar de colores también y, entonces, Sam se dio cuenta: Lío siempre había pertenecido a ese mundo, ahora sí que estaba con su verdadera familia y, no quería volver.

Sam: Ahhh, lo entiendo... Bueno... Supongo que esto es un adiós, ahora, para siempre... ¿no?

Sam se cayó de rodillas al suelo, no pudo evitar que una lagrima le cayera por las mejillas. Lío se acercó a Sam y le chupó la lagrima antes de que se le cayera de la cara. Entonces, a Sam se le curaron todas las heridas que tenía hasta ahora: La sangre de los piratas y... se le regeneró el brazo. ¿¡¡QUEEE!!?

Sam no se lo podía creer; por un lado, estaba contento de volver a tener su brazo (OVBIO) pero, por otro lado... esa era la única prueba de que, Lío siempre había sido real, hacia mucho que la gente del pueblo le trataba de loco... ¿Y si lo estaba? ¿Y si Lío era un producto de su imaginación?

Se miró el brazo y, para su suerte, se le quedó una cicatriz en la separación de dónde no tenía brazo y, dónde lo tenía ahora. No pudo evitar sonreír: Lío era feliz con su familia y, estar con ellos le haría más feliz que con Sam, el lo aceptaría y, se alegraría por el.

Sam se alejó del bosque tras despedirse de su amigo y, una vez se alejó y, volvió a caminar hacia su destino, no pudo evitar llorar.


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⏰ Última actualización: Sep 07, 2023 ⏰

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