RIVAL [Paul Lahote]

06. A somewhat surreal story

capitulo seis

Una historia algo surrealista

 💫

El sábado llego con un frío gélido. 

Aquel día se reuniría con la manada al atardecer en la playa de la reserva para una fogata donde relataría lo que ha visto a lo largo de su vida. Una tarde no bastaría para contar todo, era claro.

Aura se removió en la cama, completamente enrollada en su gruesa manta sin intenciones de levantarse, pese a que eran las diez de la mañana. Observaba por la ventana, con un ojo abierto, que Apolo se había olvidado de pasar sobre Forks. Densas nubes grises cubrían el condado, como si en cualquier momento fuese a desatarse una tormenta, pero solo era otro agradable clima en el lugar.

Mientras sus ojos volvían a cerrarse, una ligera llovizna comenzó a dar inicio.

 Gritos. Metal chocando contra metal. Gruñidos. Llanto. Una gama de aterradores recuerdos se coló en sus sueños, terminando con su tranquilidad y dándole la bienvenida a la pesadumbre. Aura se levantó de golpe, con una expresión que se dividía entre el fastidio y el cansancio.

Unos toques en su puerta la sacaron de su ligero transe mental.

 —¿Todo bien? —Derek se asomó, preocupado.

Aura asintió. —¿Ya es tarde?

—Apenas son las dos —dijo entrando a la habitación con una taza de chocolate caliente que Aura agradeció—. ¿Estas nerviosa?

—No lo sé —murmuro, saboreando el dulzor—. No sé cómo empezare a relatarle mis experiencias, sin revelar más de lo necesario.

—¿Por qué no solo le entregas tu libro de criaturas? 

Aura ladeo la cabeza, considerándolo. Cuando tenía su "amnesia" y trataba de aprender lo olvidado, anoto en una libreta una breve descripción de los demonios que prendió y cuando recobro su memoria, hizo una lista de los monstruos a los que se enfrentó en su antigua vida. 

—No son la mitad de las criaturas existentes.

—Suficiente para que ellos sepan —se encogió de hombros.

—Cierto —Aura asintió.

Bajaron a almorzar en la sala de estar mientras veían una película a petición de Aura. 

La llovizna había cesado, dejando un ambiente que resultaba nostálgico. La semidiosa se puso un holgado pantalón negro y una blusa manga larga blanca y encima una cazadora de rectángulos coloridos. Se coloco sus tenis blancos y tomó su viejo cuaderno.

Salió de la casa antes que Derek, quería estar un rato a solas. 

El trayecto a la playa llamada la "Push" (un gracioso nombre en su opinión) era algo largo. Lo suficiente para disfrutar del rico clima y una lista de reproducción que inundaba sus oídos a través de sus audífonos.

Una hora le tomó recorrer el camino que conducía a la playa. Y cuando llegó, no se acercó al grupo de personas que se formaban alrededor de lo que parecía ser una fogata, solo se quedó a la orilla del mar mirando el horizonte y sintiendo el retortijón en la boca de su estómago y sus dedos cosquillear, producto de su cercanía al mar. Las olas rompían y la salada agua de mar recorrían la arena, tratando de llegar hasta sus pies.