Capítulo 13

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-Aush- gruñó Jeno con una mezcla de sorpresa y diversión cuando Mi-suk se abalanzó sobre él, tirándolo al sofá. Ya habían pasado tres meses desde que empezaron a salir, y ambos disfrutaban de un domingo por la tarde en el acogedor departamento de Jeno. Después de pasar toda la mañana realizando trabajos y estudiando para sus respectivas carreras, se habían propuesto ver una película y relajarse un poco. Eso es lo que estaban haciendo, hasta que una tormenta eléctrica azotó aquel lugar y la luz se cortó de repente.

-¿Qué hacemos ahora?- preguntó Mi-suk, abrazando a Jeno por el cuello. - Ver películas ya no es una opción-.

-No sé, ¿qué te gustaría hacer?- respondió Jeno, acariciando el cabello de Mi-suk con ternura. -Podríamos jugar a algún juego divertido, o leer un libro interesante, o simplemente quedarnos aquí abrazados, disfrutando de nuestra compañía-.

-A mí me gusta la última opción- dijo Mi-suk, sonriendo con dulzura. -Me encantaría cerrar los ojos por muchos minutos y sentir tu calor-.

Jeno sonrió y asintió. Pensándolo bien, eso era lo que quería: descansar su mente y no pensar en nada más que en ella. Se acomodó  en aquel lugar y la abrazó con fuerza, sintiendo su corazón latir al unísono con el suyo.

Ambas parejas se durmieron profundamente y no se percataron de que ya era al día siguiente, si no fuera por la alarma de Jeno que había sonado tres veces. Ambos se despertaron sobresaltados y se miraron con pánico; se habían quedado dormidos y tenían que ir a la universidad.

Mi-suk respiró hondo al salir de la ducha y recordar que no había llevado ropa. Pensó que el día anterior regresaría a su casa, pero se había quedado a dormir con Jeno. 

-Busca algo en mi armario, quizás encuentres algo que te quede- le dijo Jeno, mientras se vestía apresuradamente, tenía que salir pronto con su novia, para llegar a tiempo a la universidad, donde le esperaba un test importante.

Mi-suk abrió el armario con la esperanza de encontrar alguna prenda que le quedara bien y que fuera de su agrado. Sin embargo, se decepcionó al ver que la ropa de Jeno era demasiado grande para ella, y que además no tenía nada que ver con su estilo. En el armario había de todo un poco: camisas y pantalones formales, ropa informal y sencilla, camisetas con logos y frases, sudaderas con capucha y pantalones deportivos. Nada que reflejara su personalidad alegre y se preguntó cómo iba a presentarse en la universidad con esa ropa tan diferente a la suya, aunque le emocionaba usar ropa de Jeno y oler a él.

Después de probarse varias combinaciones de ropa, Mi-suk se decidió por una camiseta blanca que le quedaba muy bien. Tenía un pequeño trébol bordado en el pecho, que le daba un toque de suerte y originalidad, le pareció que era la más bonita y la más neutra de todas las que tenía en el armario, sin embargo, no se dio cuenta que la parte de atrás de la camisa tenía estampado ''Jeno''  con letras grandes, como si fuera una firma. Era una camiseta que él había hecho junto a sus amigos en el extranjero, como recuerdo de su viaje, y que había olvidado guardar en otro lugar. Solo se percató de ese detalle cuando se miró al espejo, justo antes de salir de la habitación se sintió avergonzada y quiso cambiarse, pero ya no tenía tiempo, tenía que ir a la universidad y no podía llegar tarde. Por ende, tomó la chaqueta de su novio, que estaba colgada en la puerta, y se la puso encima. Decidió salir así, aunque le quedara grande y le tapara la camiseta. Tampoco tenía otra opción, ya que el único pantalón que le quedaba bien era el mismo que había usado el día anterior, y que ya estaba un poco sucio.

Cuando salió de la habitación, se encontró con Jeno, que la estaba esperando en el pasillo. Él la miró con una sonrisa y le dijo:

-No te preocupes, te ves muy linda con mi chaqueta. Te la puedes quedar si quieres.

Le tomó la mano con cariño y la guió hacia la salida, le gustaba verla con su ropa, porque le hacía sentir que eran más cercanos y que compartían algo especial.

-Subamos al auto, tenemos que irnos ya- le dijo, mientras abría la puerta del coche.

Jeno manejó más rápido de lo normal, porque sabía que iban con el tiempo justo. Se detuvo en un local cercano a la universidad y compró algo rápido para que él y Mi-suk pudieran desayunar, pagó rápidamente y regresó al carro donde le dio a ella una bolsa con un sándwich y un jugo.

-Aquí tienes, come algo, sabes que necesitas tener fuerzas para la primera clase- le dijo, mientras tomaba el volante. 

Mi-suk le agradeció y empezó a comer, estaba un poco nerviosa por la clase porque tenía que hacer una exposición, esperaba que todo saliera bien y que nadie se diera cuenta de su camiseta, cabe mencionar que se sentía un poco ridícula, pero también feliz de estar con Jeno. 

Llegaron a la universidad con unos minutos de anticipación, se bajaron del auto y caminaron juntos hacia el edificio, así que se despidieron con un abrazo y se desearon suerte. Cada uno se dirigió a su aula, dispuesto a enfrentar el día.

La castaña se ajustó la chaqueta de su novio, que le quedaba demasiado grande. Se sentía extraña con esa ropa, pero no tenía otra opción después de haber pasado la noche con él; trató de ignorar las miradas fulminantes de algunas personas que la vieron bajar del auto de Jeno: era evidente que habían estado juntos, y más aún cuando ella llevaba puesta la chaqueta de él, que olía a su colonia. Sin más, Mi-suk se dirigió a su aula, donde la esperaba otro día más de clases, trabajos y proyectos. .

No tener amistades en la universidad era más normal de lo que parecía. Mi-suk era una chica tímida y reservada, que prefería leer un libro o escuchar música que salir de fiesta o socializar. No le interesaban los chismes ni las modas, y tampoco se sentía cómoda con los grupos que se formaban en la facultad, solo había una persona con la que hablaba muy pocas veces y era Jiho, un chico simpático y amable que se sentaba a su lado en algunas clases aunque recién se había dado cuenta de su presencia como tal desde que ocurrió aquel acontecimiento con Jeno. Él le había saludado con una sonrisa al entrar al aula y ella le había devuelto el saludo; se sentó en su puesto y sacó su cuaderno y su iPad, donde tenía guardadas las notas y los apuntes, de este modo, se preparó para escuchar al docente que ya estaba empezando la clase.

Mi-suk no podía contener su felicidad al obtener la nota de su proyecto y exposición ya era el reconocimiento a incontables horas de dedicación y meticulosa preparación. Era evidente que sus esfuerzos estaban dando sus frutos y que estaba en el camino correcto en la asignatura que no iba tan bien, bueno, ahora solo quería premiarse; con 5 segundos esperados, las clases concluyeron y ella, con paso ligero y corazón contento, se encaminó hacia la salida, anhelando la comodidad de su hogar. No obstante, Jiho con su habitual timidez y un gesto tan característico como rascarse la nuca, se interpuso en su camino; sus palabras, aunque pronunciadas con cierta vacilación, no pudieron ser más claras: 

-El viernes celebraré mi cumpleaños- dijo alegremente tomando su laptop -Sería un honor para mí que asistieras, es más, sí lo prefieres, puedes venir acompañada de tu novio - volvió a sonreír para después volver a hablar- Luego te enviaré la dirección.

Mi-suk, sorprendida por la invitación, sintió cómo un cálido sentimiento de amistad florecía en su interior, la idea de compartir ese día especial con Jiho le parecía encantadora, aunque la propuesta era inesperada, trataría de asistir.

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Entre odiarte o amarte es la segunda opción/ •°JENO°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora