¿Seis meses?

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Amanecì totalmente desnuda excepto por un pañal, ya me sentía mejor pero aun con muy pocas fuerzas para moverme en libertad. Tenía ganas de vaciar mi vejiga pero no tenía ganas de pararme, así que el pañal resultó ser una buena situación en ese momento. Me relaje y solté todo. Ya en mi papel empecé a llorar. Un llanto fingido no muy bueno pero efectivo. Mami Evy me escuchó y abrió la puerta.

¿Cómo está mi bebita hermosa?, ya veo creo que necesitas un cambio. Ahora vengo.


Me dio un beso y salió, inmediatamente regresó con un pañal limpio, toallitas húmedas, aceite de bebe y talco. Retiró mi pañal y procedió a limpiarme, aunque creo que lo tomo con más entusiasmo que una simple limpieza. Sentí que comenzaba a excitarme, pero rápidamente termino de cambiarme, no supe en qué momento me puso talco cuando me di cuenta pegò las cintas adhesivas de cierre del pañal.

Se recostó y me abrazó por detrás. Su cuerpo, su calor me hicieron recordar lo sola que había estado por tanto tiempo, suspire y dormimos por unas horas más. Al despertar me volteé y empecé a buscar su pecho. Ella se dio cuenta, me colocó su pezòn en mi boca, mientras succionaba su leche ella acariciaba mi pelo. Al ser amamantada por ambos pechos me quedé ahí con mi cara entre sus pechos un rato más.

Bueno, necesitas comer un poco de sólidos, voy por algo más sustancial y otras cosas.


Ella regresó con un plato de papilla y un biberón con agua tibia. Me coloco un babero, me acomodo y empezó a dar de comer en la boca. Yo torpemente tomaba el alimento, era un desastre pero a mi mami le gustaba ver mi torpeza.

Eres tan tierna, tengo que capturar esta imagen.


Sacó su cámara y me tomó una serie de fotos. Yo posaba mostrando mi perfil más infantil. Mi mami suspiraba llena de ternura.

Eres la bebe màs tierna que he visto, ya no tienes fiebre, te pondrè una manta para que estes màs comoda. Ahora que tienes más movilidad seràs mi bebe de seis meses.


Ella fue por una manta con imágenes de princesas y me cubrió con ella. Encendió la televisión y nos pasamos viendo películas en lo que me sentía mejor. Llegó la tarde y volvimos a la rutina de la comida, papilla, agua y por supuesto leche materna. Mientras estaba ahì succionando su leche crecía en mi un sentimiento de regresiòn, me sentìa como si realmente fuera una bebe pequeña, indefensa pero amada, sin presiones ni preocupaciones.

Mi mamá me limpió la boca y me dio palmaditas en las espalda. Me volvió a colocar suavemente en la cama y revisó mi pañal.

No seas tímida, si tienes ganas debes utilizar tu pañal.


Yo puje y logre liberar la orina que me habìa empezado a molestar poco tiempo atrás, mi mami, me volvio a quitar mi pañal sucio y comenzò a limpiarme, esta vez acariciando mis áreas màs sensibles, lo hacìa muy bien, tuvo que limpiar nuevamente por lo húmeda que me habìa puesto. Nuevamente me aceite, talco y un nuevo pañal. Me puso una playera infantil, calcetines, me arropo y apagó las luces.

Hasta mañana mi princesa hermosa. La bebita más bella del mundo.


Me besó y yo respondí con un: Agu, agu.

Mientras estaba yo acostada en la cama, me sorprendió la idea de como yo una mujer adulta estaba actuando como una bebe pequeña y aparte lo estaba disfrutando, adicta a la leche materna. No recordaba esa etapa de mi vida pero había algo tan familiar. Sabía que no era un bebe pero mi mente quería creer que si. Me puse el dedo en la boca y lo empecé a chupar hasta que me dormí.


La bebeficación de KarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora