Capítulo 11: "Mokai Lounge" (P.2)

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**CANCIÓN SUGERIDA: "YOUTH-Troye Sivan"

We're speeding through red lights into paradise
"Cause we've no time for getting old
Mortal bodies, timeless souls
Cross your fingers, here we go

-Lyrics "Youth-Troye Sivan"

-¡Estas segura que esto no tiene algún efecto secundario? - preguntó Valentina alzando el Martini mientras Juliana sonreía- . Yo me siento algo mareada.

-Es porque no hemos cenado y ya tomaste dos- dijo Juliana a su lado ayudándola a colocarlo sobre la mesa y viéndola con una sonrisa- ¿Quieres que ordenemos algo de cenar?

-Yo muero de hambre- dijo Renata al lado de Juliana y ambas la vieron con una pequeña sonrisa- . Necesito que me alimentes Duraznito.

-Podríamos pedir algo para picar entre todas- sugirió Juliana y vio a Valentina observar la copa de Martini atentamente. Le tomó la mano llevando la copa hacía la mesa de nuevo, y Valentina le sonrió señalándosela.

-Tiene burbujitas- dijo Valentina con una pequeña sonrisa viendo a las tres mujeres que la veían fijamente.

-Tu amiga es peso pluma- le dijo Mayela a Renata que se limitó a verla de arriba abajo antes de suspirar.

-No está acostumbrada a tomar -se encogió de hombros Renata en respuesta.

-Le pediré algo de cenar quizás alguna bebida que no tenga alcohol para que no se emborrache- dijo alzando la mano para llamar la atención de uno de los meseros muy bien parecidos e impecablemente vestidos que atendían el lugar.

-No estoy borracha-le dijo Valentina y Juliana se giró para verla con ternura.

-Aun no- fue la respuesta de Juliana mientras escuchaba a Valentina reír un poco y ella se sentía feliz de verla tan relajada y feliz- , pero quiero que estés sobria para cuando venga Eva. No llevamos ni veinte minutos aquí y ya tomaste dos Martini.

-Es que me gustan las aceitunas- fue la respuesta de Valentina y Juliana no pudo evitar reír ante la afirmación de Valentina que saltaba un poquito siguiendo el ritmo de la música sobre la butaca aterciopelada en forma de semicírculo.

En sus cenas siempre se ponían bastante relajadas después de algunas copas de vino. Jamás se emborrachaban simplemente dejaban que su cuerpo se relajara del estrés del día y conversaban largamente sobre sus vidas. Juliana sabía todo sobre Valentina, pero su amiga no podría decir lo mismo sobre ella. Juliana no hablaba de su vida, por lo menos de completamente en cambio Valentina era un libro abierto.

Era la mujer más gentil, tierna y amorosa del mundo. Era seria en su trabajo, pero cuando sonreía el mundo parecía iluminarse de una manera increíble. Tenía el espíritu de una mujer luchadora, fuerte e independiente con ganas de probarle al mundo su valía. Era inspirador ver la forma en que su vida giraba en torno a su familia. Pero era mucho más cautivador e inspirador verla de esa forma, relajada, feliz y disfrutando de una noche especial. Juliana se había negado tanto tiempo la diversión, tanto tiempo la felicidad y era por eso que se compenetraba tanto con Valentina.

Ella tenía un motivo para negar la diversión cuando tenía que trabajar duramente por su hija, su abuela y su negocio. Por otra parte, Juliana simplemente se negaba la felicidad por el simple hecho de hacerlo. No existía una razón aparente para seguirse castigando dos años después por una relación que la dejó destrozada, marcada y herida. Pero seguía haciéndolo. Pero esa noche no quería empañarla con recuerdos ridículos y dejando que el dolor penetrara su alma.

Dulce amorWhere stories live. Discover now