Quien se atreve gana -HIATUS-

Capítulo 6: La orden

Harry Potter luchó para calmarse mientras se secaba las manos. Miró al espejo del baño, agradecido de que no fuera uno de los espejos encantados que ofrece comentarios sobre su apariencia e higiene. Harry sabía que habría pasado un puño por uno de esos espejos, tal era su estado de ánimo.

Él era enojado. Más enojado de lo que esperaba estar, y había sabido al entrar que estaría enojado al final de la reunión.

Casi todo lo que había hecho: tomar el señorío ( y todo lo que vino con él ), entrenar con su equipo y con el coronel Ramsay, trabajar con Madame Bones, incluso declarando la disputa de sangre, todo había tenido como objetivo darse opciones. Oh, lo expresó como "Pensamiento estratégico", pero la realidad era que estaba cansado de que otros dirigieran su vida.

¿James Potter diciéndole que escuche? ¿James Potter tratando de controlarlo? Lo único peor que el hombre podría haber dicho fue que llevaba la marca oscura. ¿Quién demonios cree que es?

Sabía la respuesta, por supuesto. Él piensa que él es Lord Potter. Ningún hombre muerto podría ser un Señor, sin embargo, ciertamente no de una Casa Antigua y Más Noble. Entonces, Harry pensó, mientras quería que su respiración se desacelerara. ¿James asumió que seguía siendo el Señor? ¿O alguien le dijo que seguía siendo Señor?

Sin pensar, Harry se metió la mano en el bolsillo de su camisa y sacó su collar. Pasó los dedos sobre los pequeños discos de metal, cada uno grabado por el coronel Ramsay. Incluso sin mirar, él sabría el texto hacia atrás y hacia adelante.

POTTER, HARRY J
SEÑOR, A&MNH POTTER
31 de julio de 1980
GRYFFINDOR

El coronel Ramsay observó cómo el joven recorría la duración de su estudio. Este chico.... No, este hombre había sido su alumno durante casi seis años. Había comenzado como un niño maltratado y débil, inseguro de sí mismo y encogido ante la más mínima provocación, pero con sed de conocimiento y determinación de doblegar la dirección de su vida hacia algo más.

Le había enseñado al niño lo mejor que pudo. Las asignaturas escolares, al principio, pero rápidamente perdieron su desafío. Entonces recurrió a su propia disciplina y encontró en Harry Potter un estudiante ansioso. Estrategia, tácticas, historia: les enseñó a todos.

Luego, el verano pasado, recibió una visita de la oficina del primer ministro, y de repente, algunos de los detalles que nunca sumaron tenían sentido. Harry no fue a un internado secreto en Escocia, fue a una academia magosa de algún tipo, escondida lejos del resto del mundo. Era un mago, el noble hijo de una bruja y un mago.

Finalmente había salido, los acontecimientos de junio. El torneo en el que se había visto obligado, el duelo en el cementerio. Si no hubiera conocido el verdadero trasfondo de Harry, le habría resultado imposible comprender la ira de su alumno. Ramsay trató de centrar la atención de Harry en lo que había hecho bien, especialmente su fuga, pero su mente seguía volviendo a su amigo caído.

"Mata el repuesto, había dicho. Y así, "Harry chasqueó los dedos. "Cedric era un cadáver." Llegó al final de la habitación y se dio la vuelta. "Y no pude detenerlo."

Los ojos de Ramsay fueron al pie de la letra en su mesa de café, la que tenía el extraño símbolo "G" en la parte superior de pan de oro. Se justificó un cambio de tema, pensó Ramsay. Entonces sacó a relucir la carta que había comenzado los pensamientos de Harry por este camino. "Y este banco quiere qué de ti?"

Harry no miró. "Dijeron que necesito tomar mi lugar como Señor." Se rió amargamente. "Como si hubieran dejado que un niño de catorce años se convirtiera en un Señor."