Cosas que pasan

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MARÍA
¿Hildegart, niña, qué haces aquí?

HILDEGART
Mi madre...

Hildegart está sentada delante de la puerta de María, ésta acaba de llegar del mercado cargada con varias bolsas de verduras y fruta.

MARÍA
Cielo, tu madre y yo ya no tenemos nada de qué hablar.

HILDEGART
Pero...

MARÍA
Esa cabezota, desagradecida... no le deseo mal, no me malinterpretes, mi vida. Es una persona muy difícil y yo soy muy simple, ¿sabes tú? Me da pena por ti, pero ya sabes que puedes venir a comer pastel siempre que la bruja de tu madre no te lo impida.

María abre la puerta, Hildegart se cuela.

MARÍA
Pero, cariño, ya sabes que no le gusta que te escapes aquí. Vuelve a casa.

Hildegart niega con la cabeza, María se agacha a su altura.

MARÍA
Ya lo has intentado otras veces, no voy a volver a entrar en tu casa sin su consentimiento. Eres una niña grande y lista, ¿lo entiendes?

HILDEGART
Tiene que venir conmigo.

Dice con gesto triste.

MARÍA
Tu madre es buena contigo, con ella estás bien.
Esto ya lo habíamos superado.

Hildegart tira de ella hacia el pasillo.

MARÍA
Vamos a hacer una cosa, tú me cuentas qué te pasa para estar así de triste y entonces te acompaño a la puerta, ¿vale?

La pequeña asiente y se restriega los ojos haciendo pucheros.

MARÍA
¿Qué ha pasado?
¿Te has cansado de tantas lecciones?

Hildegart niega.

MARÍA
¿Quieres salir a jugar como todos los niños del barrio?

Hildegart piensa unos segundos mirando a las escaleras, vuelve a negar.

MARÍA
Hildegart, dame alguna pista que yo soy más cortita.

Dice desesperada sin perder su tierna sonrisa.

HILDEGART
Madre me pidió que la llamase.

María frunce el ceño.

MARÍA
No inventes que mentir es pecado.

HILDEGART
No es una mentira, ¿qué es un pecado?

MARÍA
Algo que no está bien hecho.
Ya podría tu madre enseñarte un poquito de religión también, ¿y para que te ha pedido que me llames?

HILDEGART
Está enferma...

María pone los ojos en blanco.

MARÍA
Está sí que es buena, Hildegart, si sigues mintiendo ya no voy a ser tu amiga.

Hildegart tira nuevamente de ella.

MARÍA
Dile que llame al doctor.

Eugenesia: la deconstrucción de AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora