El alzacuellos

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AURORA
Y, ¿va a venir tan a menudo?

E.GUZMÁN
Siempre que usted lo permita.

Aurora esta vez lleva un vestido negro de manga francesa por debajo de las rodillas. Hace calor y el periodista suda sin cesar, ella tiene la piel porcelánica, parece no transpirar por ningún poro de su piel.

AURORA
Usted pregunte sin buscar florituras y conseguirá lo que busca.

Eduardo asiente y guarda el pañuelo con el que no para de secarse el sudor de la frente.

E.GUZMÁN
Su hija era un experimento, tal y como ha dicho en múltiples ocasiones.

AURORA
Creo que he perdido la cuenta de las veces que lo he dicho, de hecho, no entiendo qué más quiere que le cuente.

E.GUZMÁN
Bueno, usted ha dicho siempre esto sin dar mucho más detalle, y ayer me aseguró que no fue fruto del deseo sexual.

AURORA
Efectivamente, aunque por razones obvias fue fruto de una afrenta carnal.

Guzmán apunta, sorprendido ante la terminología que utiliza Aurora para narrar los hechos.

E.GUZMÁN
¿Afrenta?

AURORA
No lo entiende, claro, y es normal. No me malinterprete, lo considero un buen escritor y bastante inteligente, pero no deja de ser un hombre en el amplio sentido de la palabra.

E.GUZMÁN
Doña Aurora, creo que entiendo lo que intenta decirme.

El trato predilecto de Aurora es con los hombres maduros, confidentes de sus teorías y los únicos con quienes puede discutir y pueden comprenderla. Sin embargo, jamás sintió inclinación ni simpatía física por el hombre. Le bastaba notar en cualquiera de sus conocidos la más leve inclinación que hiciera sospechar hacia ella un sentimiento de amorosa simpatía para que inmediatamente surgiera en ella un sentimiento de aversión y desprecio.

AURORA
Fueron tres veces, tres.

Niega con la cabeza y suspira con indignación.

AURORA
Ahora que tengo más información, podría haberme ahorrado las dos siguientes.

Guzmán la escucha mientras anota en su libreta, prefiere no interrumpirla. Aurora lo mira de reojo y lo interpela.

AURORA
¿Va a dejar que hable yo sin parar o va a ejercer su profesión como debería?

Eduardo deja de escribir y carraspea.

E.GUZMÁN
Disculpe, ¿tres veces?

Aurora sonríe levemente, le agrada el interés que su historia le genera. Al periodista esa risa le produce incomodidad, no deja de ser una entrevista en un manicomio, cuando se producen silencios solo se oyen los gritos de los pacientes.

AURORA
Mi colaborador y yo tuvimos que realizar el acto sexual en tres ocasiones hasta engendrar a Hildegart.

E.GUZMÁN
Cuando se refiere a su colaborador, se refiere a su pareja de entonces...

AURORA
Me refiero al hombre que seleccioné para plasmar una criatura perfecta, ¿sabe usted que es la eugenesia?

E.GUZMÁN
Una pseudociencia que pretende modificar la especie humana para mejorarla...

Eugenesia: la deconstrucción de AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora