Mi niña Hildegart

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HILDEGART
¿Qué es esto, madre?

Aurora abre los ojos sorprendida, Hildegart los tiene rojos de tanto llorar.

AURORA
¿De dónde la has sacado?

Aurora se lleva las manos a los bolsillos buscando la llave del cerrojo de su habitación, no está.

HILDEGART
¡Contésteme!

Grita al borde del llanto, Aurora se asusta por el grito.

Están en la habitación de Hildegart, Aurora cerca de la puerta, Hildegart sentada en la cama.

AURORA
¿Cómo te atreves a levantarme la voz?

Pregunta tratando de mantenerse firme.

HILDEGART
Ya basta... deja de fingir.

AURORA
Respétame.

HILDEGART
Toda mi vida...

AURORA
Hildegart...

HILDEGART
¿Cuando pensabas dármela?

Aurora se queda callada y mira al suelo, Hildegart se acerca a ella la agarra por los brazos y la zarandea con los ojos repletos de lágrimas.

HILDEGART
¿¡Cuando!?

Aurora le evita la mirada, Hildegart la suelta bruscamente y se aleja hacia la cama. Ésta está llena de cartas abiertas.

AURORA
Nunca.

HILDEGART
¿La tenías en la mesita y no pensabas dármela nunca? La has leído...

AURORA
Te prometo que no.
Ha estado cerrada hasta ahora, tal y como la has encontrado.

HILDEGART
¡Deja de mentirme!

AURORA
Nunca la he leído, Hildegart.

HILDEGART
¿¡Y entonces por qué la guardas!?

AURORA
No lo sé.

HILDEGART
Toda mi vida he vivido engañada por ti.
Me has hecho creer que el amor es imposible, que no es necesario...
Y tú... tú te enamoraste.

AURORA
No es verdad.
Dame la carta.

Aurora se acerca a ella e intenta quitársela, Hildegart se zafa y se sienta de nuevo.

HILDEGART
¡Dios, deja de mentirme!
¿¡Quieres que la lea!?

Aurora niega y aprieta los labios.

HILDEGART
Es igual, me vas a escuchar quieras o no.

Agarra la carta con ambas manos y carraspea con enfado. Lee en voz alta y mira de vez en cuando a Aurora llena de ira.

Mi niña Hildegart, a estas alturas imagino que ya sabrás de mi y que tu madre habrá encontrado el mejor de los momentos para darte esta carta. No espero que me pienses por mucho tiempo ni que me quieras sin conocerme, pero quiero que sepas que fuiste, eres y serás la razón de mi existir.

Eugenesia: la deconstrucción de AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora