Capítulo 6

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Tal como dijo el Señor Coronel, a los dos días de haber acordado su compromiso, se encontraban en una nueva fiesta, una de compromiso, junto con un grupo selecto periodistas. Ambas familias estaban sentadas en la mesa más cercana al pequeño podio que tenía dos micrófonos que estaban conectados a tres parlantes; Ari y Andrés estaban sentados juntos, rozando sus manos sutilmente, tratando de mantener una conversación. Andrés respondía con monosílabos y leves palabras mas allá de ellos, ya que sentía la mirada de la mayoría de presentes puesta en ellos, no quería malentendidos, no quería que ellos supieran más de lo permitido.

—Andrea, ¿Qué sucede?— Pregunto el castaño, inclinando levemente la cabeza.— ¿Te sientes incómoda?

—No es eso.— Respondió tratando de sonreír, aunque aquella sonrisa se asimilaba a una mueca.— Siento que nos observan.

—Bueno, es la primera vez que nos sentamos juntos.— Contestó, aún interrogante, no obstante, sonrió.— Aunque me alegro de estar sentados juntos.

Andrés sonrió, más por las palabras gentiles que decía el contrario a querer mostrar una sonrisa. Siguieron con su plática, tratando de ignorar los murmullos que incrementaban con cada interacción que daban hasta que lo inevitable llegó: Samuel Coronel junto a Leonor Ardila, viuda de Saavedra, subieron al podio.

Sus manos empezaron a sudar cuando su futuro suegro empezó a hablar, empezaba a sentir mareos y las ganas de vomitar eran palpables, sujetó con decoro su vientre y lo apretó. "Estoy seguro que la mayoría se preguntará el porqué de esta reunión." Sus palabras empezaron a resonar con fuerza en sus oídos. "O lo más importante, el porqué ambos estamos aquí, frente suyo, para dar la gran noticia." Su madre fingía la voz aunque sonaba alegre, risueña, como si hubiera estado esperando aquello toda la vida. Su respiración se contuvó y Ari apretó su mano libre. "Tenemos la dicha de anunciar el compromiso oficial de nuestros herederos." Aquello todo por sorpresa a Ari, quien volteo a verlo esperando que fuese algún tipo de broma. Para su mala fortuna, todo era real y estaba pasando frente suya.

La sorpresa de los presentes no tardó en hacer presencia, los murmullos invadieron la sala y la señora Leonor volvió a hablar "Cuando nuestros herederos cumplan sus dieciséis primaveras, el matrimonio más importante de nuestra sociedad se llevará a cabo." Su sonrisa era enorme y en parte deslumbraba a los invitados, aunque para los más pequeños (como los amigos de ambos) pensaban que su vida ya estaba decidida. "Sabréis que todos están invitados."

Con el avanzar de la noche, la incomodidad entre ambos pequeños era palpable para sus amigos, quienes tuvieron la oportunidad de sentarse en la misma mesa tras el anuncio. El pequeño grupo de infantes entendían el nerviosismo del mayor y la tortura mental que el menor del grupo sentía, no obstante no podían hacer nada, eran niños sin más.

—Deberíamos juntarnos mañana por la tarde.— Comentó uno de ellos después de partir una parte de su torta de chocolate. —Sería bueno ir a la casa de May y Javier, su jardín es enorme.

—Lo lamento no puedo. —Confesó Andrés, agachado un poco la cabeza dejando que sus rizados cabellos castaños cayeran ligeramente por su frente. —Madre no quiere que pase tiempo a solas con chicos, no quiere más malentendidos.

Un silencio sepulcral cayó cobre ellos, no sabían que decir ni que hacer, deseaban que el pequeño Andrés volviera a sonreír como hace unas semanas, porque, muy dentro suyo, sabían perfectamente que la brecha entre ellos y él se había vuelto más enorme. Eran como dos islas que estaban unidas por un puente colgante viejo y sin fuerza, donde la vida de ese estropeado puente dependía de una fina cuerda que lentamente se volvía más delgada.

Sus diferencias se habían agrandado y con ellas el sentimiento de soledad en Andrés.

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Los días pasan y la ausencia de Andrés es notoria en el jardín. Desde aquel compromiso, el pequeño castaño se había abstenido de salir de casa—realmente el pequeño quería mantenerse afuera y distraer su mente, sin embargo, fuerzas opresoras (su madre) le impedían poner un pie en la calle—y con ello, los ánimos de Ari eran latentes. Gonzalo repetidamente se culpable de la situación y, aunque trato de dimitir ante su padre, fue mandado a callar y encerrar durante dos días. Castigos, deberes para un infante.

Aunque su castigo había culminado, no podía pensar en otra cosa que no fuera en su, ahora, prometida. En clases estaba algo ausente, aunque trataba de dar el setenta por ciento de sí, era claro que no llegaba ni a su treinta por ciento; camina por los cortos pasillos del lugar, saludando esporádicamente a uno que otro conocido en su jardín de infantes, luego regresa al mismo punto: un oculto entre los troncos de los árboles y los frondosos arbustos que lo rodeaban. Había aprendido a esconderse ahí junto a Andrés y ahora, en su ausencia, se la vivía recuperando horas de sueño en ese lejano rincón.

—Pareces un muerto. —La voz que interrumpió su sueño sonaba cerca, abrió un ojo en un intento de ver de quien se trataba pero fue cegado por el sol que se colaba entre las ramas del gran árbol. —Ariri. Tierra llamando a Ariri.

—¡Andrea! —Se levantó de golpe, mareándose en el proceso. ¿Cuándo había llegado? —¿Cómo.. Dónde.. Por qué..?

—Tranquilo. Primero levántate.

Rápidamente Gonzalo se levantó, sacudiendo sus ropas intentado verse bien. En ese momento recién recae en su apariencia, ojeroso, con unos kilos menos y bastante desaliñado.

—¿Qué haces aquí?

—Vengo a estudiar. La mamá de Javier logró que mi madre entrará en razón.

—¿Ya no encierros?

—Depende de las cosas que sucedan.

Empezaron a caminar juntos, Andrea vestía un vestido celeste pastel que le llegaba a las rodillas, con una diadema blanca que Gonzalo le había regalo hace unos años, detalle que el mayor no pasó desapercibido. Andrea le comentó como vivió su encierro obligatorio, no había perdido clases, lo había hecho de manera particular, también le comentó de las restricciones que tendría de ahora en adelante, hasta su compromiso.

—Podemos estar juntos pero debemos evitar estar a solas.

—¿Por qué?

—Para evitar que se creen más rumores.

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Perdón por la ausencia, pero últimamente me encuentro bastante ocupada. Estudios, trabajo y proyectos propios.
Hay muchas historias que tengo que terminar y otras por publicar, también estoy metida en un proyecto en Weebtoon, leanlo se llama ‘Rock N' Love’ y empezaremos a actualizar dentro de poco.
Nos vemos en una próxima.
Hasta luego.

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⏰ Última actualización: Feb 24 ⏰

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