A•F•K [Nagi Seishiro]

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La mandíbula de (T/N) cayó floja y estuvo con la boca abierta desde que salió ese fin de semana.

No solo una limosina blanca vino a buscarla en su casa de barrio de clase media-baja, si no también cuando llegó a la imponente mansión de los Mikage.

Sus orbes (c/o) picaban de lo bien abiertos que estaban, y tenía una mezcla de asombro y ganas de llorar de los nervios.

─── ¿N-no podíamos hacer la tarea en la biblioteca pública? ¿O en algún café?───cuestionó la (c/c) avergonzada de que una sirvienta le estuviera ofreciendo una pantuflas de interior que lucían incluso más caras que las comunes que ella usaba en casa.

─── ¿Biblioteca? ¡Oh, mi padre tiene una gran biblioteca en la casa! Aunque no estoy seguro si tiene libros de historia, creo que en su mayoría son sobre finanzas y negocios, no sé nunca me interesaron esos libros...───Reo comentó tan animado como lo era con regularidad─── ¿Quieres ir a ver?

───No. Creo que la sala está bien───ella rechazó la propuesta inmediatamente. Su alma se iría de su cuerpo si veía una biblioteca privada de una familia millonaria.

─── ¡Yo si quiero verla!───Ann la empujó con ligereza a un lado.

───Quizás luego, por ahora es mejor que nos acomodemos para empezar───el pelimorado se encogió de hombros y guió a sus compañeros hasta la enorme sala de estar.

─── ¿...E-esa es una araña de cristal?───La mandíbula de (T/n) dolía, temblando mientras señalaba la iluminación excéntrica del estar. Habían muchas cosas que mirar, pero el gran candelabro sobre sus cabezas era lo más intimidante.

───Estas haciendo una cara rara...───comentó Nagi, poco impresionado por algo que ya estaba acostumbrado de ver todos los días. Más concentrado en caminar y jugar con su teléfono al mismo tiempo.

Los cuatro se sentaron en la mesa baja central, poniendo todos los libros encima. El joven heredero trajo consigo una laptop para investigar en internet lo que faltara.