A•F•K [Nagi Seishiro]

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Si había algo que (T/N) había aprendido, era en no creer en lo que las novelas contaban, incluso por muy fanática de estás fuera. Cosas como: "Eso jamás me pasaría", cruzaban por su mente siempre, hasta que desde lo más profundo de un guión mal escrito, sucede.

Ya habían pasado dos semanas y la fecha del partido era la próxima, le ambiente era caldeado y apesar de todo, ella trató de hacer lo mejor que podía para ayudar a sus dos particulares compañeros. Reo se veía satisfecho con el apoyo extra.

Levantarse temprano, dar sugerencias, levantar a Nagi de la cama, preparar comida según su nutricionista, despertar a Nagi, ayudar a cargar sus botellas, volver a despertar a Nagi, limpiar uniformes y botines, despertar a Nagi.

La vida no resultó ser tan mala, ambos eran agradables, más Reo que Nagi, pero sintió que podría llamarlos amigos de alguna forma; un poco más acostumbrada a la rutina de ambos.

Cuando entró a los vestuarios femeninos en busca de su uniforme de deportes ese día, al abrir el casillero, la tela cayó hecha girones a sus pies.

Solo escuchó murmullos pero nadie se hizo responsable. Tampoco hizo un escándalo, ya que pensó que sería darles lo que ellas esperaban.

Quería gritar, llorar y regañarlas, no porque le afectaba el acoso, si no porque quién pagaba esos uniformes era su madre. Una madre soltera que trabajaba mucho. Inhaló y exhaló manteniendo la calma, las chicas se retiraron y al final pudo escuchar algunas risas.

Se agachó para comprobar que tan mal estaban sus prendas. Habían cortado los pantalones de una manera que parecían ropa interior y el resto de tela le hicieron agujeros, lo mismo con su chaqueta estaba rasgada y manchada con lo que parecía ser pintura negra, la camiseta cortada como una mini blusa deshilachada y escotada. Por suerte, ella guardaba sus zapatos en otro lugar (porque ya había perdido un lado una vez) así que era lo único que tenía, aparte de sus calcetines.

En la espalda de su chaqueta estaba escrito alguna palabra denigrante, que ni siquiera se tomó la molestia de leer, haciendo referencia a que era una cualquiera.