¿Tu esposo es un demonio? ʸᵐ ᵀʰ

Capítulo 8

JiMin se despertó por el sonido de los ajetreados pasos de su esposo que iba de un lado a otro en la planta de abajo.

Estiró su cuerpo aún sobre las suaves colchas y tallo uno de sus ojitos con su mano tratando de ahuyentar el sueño de su cuerpo.

¿Qué estaría haciendo YoonGi allá abajo?

Se asomó por las escaleras mientras bajaba con cuidado.

No quería volver a sufrir otra caída, y es que su cuerpo aún resentía el golpe de aquella vez-

YoonGi había estado tan preocupado desde entonces que ya ni siquiera lo acurrucaba junto a su cuerpo al dormir y se encargaba de poner almohadas suavecitas bajo su cabeza, espalda y piernas durante toda la noche, cada que cambiaba de posición, YoonGi revisara que estuviera lo más cómodo posible.

—¿YoonGi?, amor, ¿qué estás haciendo?

Se asomó a la cocina donde pudo ver cómo su esposo parecía anotar algo en la libreta que solía usar para las compras.

—Minnie, estás despierto.

—Te escuché desde la habitación. —Dijo por lo bajo.

—No era mi intención despertarte. —Pasó sus manos por su cabello en un signo de frustración y JiMin se vió aún más confundido por su comportamiento. —Quería llevarte el desayuno pero ¿viste que ya casi no tenemos comida?

JiMin asintió con su cabeza y la imágen para YoonGi fue tan linda, con él estando ahí parado frente a él sin terminar de comprender la situación, su carita algo hinchada por haber dormido tanto y su pijama de algodón cubriendo su cuerpo, a sus ojos era como un peluchito y no pudo evitar acercarse a estrujar sus mejillas antes de dejar un beso de piquito sobre sus labios.

—Yoon, no⁓ aún no me he lavado los dientes. —Renegó el menor.

—¿Y?

—Que tengo mal aliento.

—Sabes que no me importa. —Dejó otro besito sobre sus labios. —Como sea, tenía pensado ir de compras y de paso traer algo para desayunar, ¿se te antoja algo?

—Pero... ¿vas a ir ahorita?. ¿Por qué mejor no esperas a que me cambie y te acompaño?

—¿Y tenerte toda la mañana sin comer? No lo permitiré. —YoonGi cruzó sus brazos sobre su pecho tratando de mostrarse firme.

—Oh, vamos, cariño⁓ —Se acercó un par de pasos a la vez que iba endulzando su tono. —¿No quieres esperarme?, ¿Mhm? —Coló sus manos bajo su camisa mientras las iba deslizando sobre la piel tibia de su marido hasta apegarse por completo a su pecho en un abrazo. Apoyó su barbilla sobre el mismo viéndolo hacia arriba y poniendo un puchero en sus labios.

YoonGi soltó una risa divertida. JiMin podía sentir el latir desbocado de su corazón contra su pecho y el color sonrosado en las mejillas del mayor lo delataba.

Estaba logrando su objetivo.

—¿Por qué me haces esto? —Lo abrazó de vuelta con fuerza mientras escondía su rostro en su cuello.

JiMin no pudo evitar soltar una risita traviesa. Sabía el efecto que causaba en él.

—¿Hacer qué?, yo no he hecho nada⁓

—Sí, claro.

—Anda, Yoon. Llévame, ¿sí?

YoonGi se lo pensó por unos segundos. Sabía que llevarlo no era una opción, después de todo tenía la cosa en la cajuela del auto y no podía arriesgarse a que JiMin la viera.