Capítulo 7

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A ella no le volví a hablar. No me atreví.

Tampoco la vi.

Y le ignoraba los mensajes que me llegaban preguntándome que, qué me pasaba.

Mi falta de comunicación le afectaba. Me lo demostraba.

Siempre demostró. Yo no lo quise ver. Y no hablo de los mensajes de voz.

Fueron solo dos.

"Canela. ¿Donde mierda estás? Estoy en el banco con los chicos. Fumando. Veni ya"

"Canela. ¿Que mierda te pasa? Atendeme o no me ves más"

Pasaron semanas y una nueva rutina se había instalado en mi vida.

Levantarme. Maquillarme. Ir al colegio. No ir a la cafetería. Esconderme de ella. Llegar a casa. Pelear con mamá. Que me obligue a comer.

Y todo era un bucle.

Me seguía doliendo el pecho y todo empeoró el jueves cuando ella dio noticias de vida.

Era una foto en Instagram. Anunciando su noviazgo y todos comentando. Felicitándola. Apreciándola. Amándola.

En la foto. Él la miraba. La miraba como yo siempre quise que me mirara.

Ella sonreía a la cámara.

Dio por hecho de que se liberaba de mi, y no me interfería en su relación al fin.

No se sentía culpable. No como yo.

Yo la quería. Todavía lo hacía.

Quise enviarle muchos mensajes donde la insultaba. Donde le decía que era la peor mierda de mi vida. Y que estaba resentida.

No le iba a importar. Los iba a borrar. No me iba a escuchar.

Me dolía mucho el pecho, y el nudo en la garganta era tan agrio, que los ojos se me llenaron de lagrimas por el sabor amargo.

Lloré tanto esa noche que no recuerdo cuando me dormí.

Yo quería ser ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora