Luces prendidas

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En la ciudad donde llueve había una persona mirando hacia el cielo, las gotas de agua fría caían sobre él mientras se había estado encaminando su hogar. Miró hacia el suelo y rio suavemente, en un súbito movimiento se dejó caer en la vereda. La precipitación del agua era rápida y la vereda estaba ya empapada, boca arriba, miraba al cielo sin emoción aparente, para luego cerrar sus ojos. Las gotas de lluvia caían por sus mejillas, su cabello empapado, no había ni una sola ventisca. Sus ropa volviéndose cada vez más y más húmeda. Cerró los ojos por unos segundos, la lluvia no paraba de caer e hizo una posición fetal inconscientemente. Las gotas de lluvia en su cara hacían parecer como si estuviera llorando. Después suspiró y miró al cielo, la ciudad era tan gris como siempre. Ella se sentó y sujetó su frente con su mano, antes de levantarse completamente y empezar a caminar.

Sus pasos eran constantes, mas no rápidos. ¨Espero que estés ahí¨ dijo en un murmuro apenas oíble, todas las luces de las casas estaban apagadas, pero seguía avanzando, hasta que paró justo en la única que tenía las luces prendidas, subió por los pequeños escalones hasta estar enfrente de la puerta. Levantó su puño para tocar, pero se congeló. Su puño se mantuvo en el aire durante unos segundos hasta que se dejó caer. Negó con la cabeza y miró a la calle, solo los postes con una tenue luz amarilla alumbraban. Simplemente caminó, mirando cada casa, tratando de buscar alguna con las luces prendidas. Sus ojos se abrieron súbitamente y paró abruptamente su flojo andar. Había una. Se quedó allí, la lluvia seguía cayendo, y se encaminó al mismo ritmo a esa casa.

Estaba al frente de la única otra casa con las luces prendidas, y paró. Su puño estuvo en el aire frente a la puerta durante un tiempo, pero terminó tocando la puerta rápidamente dos veces y luego esperó. Miró las decoraciones de la casa, seguían siendo las mismas que ella recordaba, con esas características gargolas, dándole un aspecto algo clásico y oscuro. Entonces la puerta se abrió. Una luz amarilla alumbró su rostro, que se encontró paralizado por un momento al ver al dueño de la casa; pero sonrió y lo llamó por su apodo, alargándolo, y terminando con un tierno ¨holi¨. El dueño rió ligeramente antes de responderle con el mismo tono infantil, llamándola por su apodo. Ella se rio por lo bajo y le preguntó como estaba con la misma sonrisa. Él se rio y la dejó pasar mientras respondía que bien y mencionó los ¨milenios¨ que habían pasado desde la última vez que hablaron. La sonrisa de ella se desvaneció por un momento pero luego hizo una sonrisa ladeada y algo cansada y dijo que lo sabía, que la perdone, pero que creía que ahora andaba bien, creía. El dueño ladeó su cabeza en confusión, parpadeó y le preguntó porqué se disculpaba y le dio un poco de ánimo con una sonrisa mientras decía ¨eso,eso¨. Sus ojos se aguaron y lo abrazó por la cintura, puesto que ella era más baja, y soltó un lastimero ¨waaaaaaaa¨ mientras lo llamaba por su apodo. Un llanto no tan serio, pero un llanto al fin y al cabo. Él rio suavemente y le confirmó que sí, era él. Y ella le preguntó ¨Eri' tu, verdad?¨ y el respondió con un ¨Sí, weona, soy yo¨ mientras hacia un ligero puchero. Ella volvió a soltar un llanto medio en broma alargando su apodo, y él la abrazó como si fuera un peluche llamándola por su apodo alargadamente también, de manera alegre. Ella rio y le dijo que los extrañaba a todos, insultando un poco de a broma también. El dueño rio y le dijo que pasaron muchas cosas, siguieron hablando y él le dijo, después de reír, ¨Estás viva, pensábamos que moriste¨. Sus ojos se abrieron mucho y se quedó congelada por unos segundos antes de hacer una sonrisa ladeada y decir ¨pero si acabas de hablar conmigo, idiota¨, le dijo de paso que había estado mal sentimentalmente hablando, pero que ya estaba bien. Él volvió a reír, soltándola, y diciéndole ¨Shit, problemas amorosos¨ y ella afirmó y le dijo que ahora estaba bien porque realmente los quería mucho a todos y que eran mucho para ella: ¨A ti también, te aprecio mucho. Gracias.¨ El chico se quedó pasmado por unos segundos, tanto que ella se empezó a preocupar por él y soltó un ¨Uy, lo maté¨, él al escuchar eso volvió a sonreir y dijo un ¨No me mataste...todavía¨ tratando de enojarla un poco. Hubo un silencio durante unos segundos hasta que él pareció darse cuenta que toda su ropa estaba empapada ¨Deberías ir a cambiarte, puedes usar la ducha y agarrar lo que quieras¨ , ella solo asintió. Mientras subía las escaleras hacia la ducha paró por un momento , y de espaldas, le dijo, sin voltear a mirarlo ¨Mi cumpleaños es el 26¨, para después seguir simplemente subiendo las escaleras.

Después de unos 30 minutos, bajó por las escaleras con una camisa blanca que le quedaba demasiado grande. El chico estaba en el sofá jugando un videojuego, pero cuando sintió su presencia volteó y sonrió juguetonamente. ¨Adivina que te conseguí¨ le dijo, con una sonrisa burlona. Ella sonrió inmediatamente y rió ¨¿Qué?¨. El chico soltó un ¨Tadaaa!¨ mientras le enseñaba un pequeño pastel. ¨Tienes suerte de que las panaderias aún estaban abiertas. Ya es 26, feliz cumpleaños¨ le dijo con un tono dulce. Incluso si seguía lloviendo afuera, eso ya no importaba. 

¨This is a song about being loved¨

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