Eres la estrella que ilumina mi día, mas usualmente estas cubierto por las grises nubes que no puedo controlar.
Las estrellas de la noche no suelo mirar, a pesar de que tal vez puedan ser mi más grande tesoro, al cual siempre le lloro.
A veces la veo, y a pesar de la luna haber pasado una y mil veces, lágrimas siguen cayendo por sobre mis mejillas.
Mas cuando veo una como esa, usualmente estoy bien, y estoy feliz.
Pero como una película pasa a través de mi mente todo lo pasado, y las lágrimas caen por mis mejillas.
La luna ya ni si quiera aparece. No es que haya dejado de existir, solo ya no la veo.
Ni si quiera creo querer verla de nuevo.