𝟎𝟎𝟕

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───── ❝ Un mensaje
en una botella ❞ ─────

— QUE SI JODER, QUE HA QUEDADO CON Montoya a las once, aún tenemos tiempo de encontrarla

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QUE SI JODER, QUE HA QUEDADO CON Montoya a las once, aún tenemos tiempo de encontrarla.

He avisado a todos del mensaje en el ordenador, estamos en el bosque, buscando el cementerio donde "Alfonso" ha quedado con Montoya.

El bosque está desierto, lo único que se escucha son nuestras pisadas y el ruido que hacen los bichos al moverse, que por cierto, es asqueroso. Ivan se apresura a coger  un palo en cuanto ve que Montoya tiene cogida a Carolina por el cuello, le da un golpe en la cabeza sin dudar ni un segundo, haciendo que se desmaye. El corazón casi se me sale del pecho, le miro alarmada al igual que el resto del grupo, tiene que querer mucho a Carolina o estar muy demente para poder hacer estas cosas sin pensar en las consecuencias.

— ¡Ivan, está muerto! — Le grita Victoria asustada. Me acerco rápidamente a revisar si es verdad, que Ivan ha matado al hombre, pero antes de que pueda hacerlo Ivan coloca su brazo frente a mi.

— ¡Que no, coño!

Montoya abre los ojos confundido, me agarro del brazo de Marcos con mas fuerza, como si eso fuese a hacerme aparecer de nuevo en mi cama, donde no hay este tipo de problemas.

— ¿Que ha pasado? — Pregunta jadeando de dolor. Al ver que parece inofensivo, me apresuro a yudarle a levantarse junto a Vicky, esta vez Ivan no me lo impide, cosa de la que me alegro. — ¿Quienes sois?

— Somos amigos de Alfonso.

— Que amigos ni amigos. Aquí la pregunta es: ¿Quien coño eres tú?

— Soy Ricardo Montoya. ¿Donde está Alfonso?

— Desapareció hace una semana.

— Oh, Dios. Se lo dije. — El periodista mira al cielo, como si estuviese maldiciendo o rezándole a Dios. — Le dije que no se metiera ahí.

— ¿Que?

— Alfonso está muerto. — Casi puedo sentir como se me cae el alma a los pies. Miro alarmada a Marcos, que está a mi lado, agarro aun mas fuerte su brazo, sintiendo como él se aprieta hacia mi con inquietud.

— ¡Esto es una locura, joder! Tenemos que avisar a la policía. — Exclama Roque, quien a su vez se lleva las manos a la cabeza.

— ¡No! — Se apresura a decir Montoya, mirándonos con advertencia. — No podéis ir a la policía, no podéis hablar con nadie. Si lo hacéis estáis muertos. Alfonso y yo llevamos 20 años investigando la desaparición de cinco huérfanos del colegio. — Hace una pausa pensativa, y de repente, parece que a nuestro al rededor el bosque se ha vuelto sombrío. — Seguro que encontró los cadaveres, por eso lo han matado.

— Pero bueno, usted es periodista, no? — Le pregunta Ivan. — ¿Por que no publica lo que sabe? O mejor, ¿por que no lo denuncia?

— ¿Con que pruebas? Eh, dime. — Ivan se encoge de hombros. — Esto. — Dice mientras levanta su mano, tiene una garra metálica que hace que me estremezca con miedo.— Esto me lo hicieron ellos.

















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⏰ Última actualización: Sep 06 ⏰

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𝐌𝐄𝐃𝐃𝐋𝐄 𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora