𝟎𝟎𝟏

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───── ❝ los monstruos no hacen cosquillas ❞ ─────

LOS ARBOLES PASAN CON RAPIDEZ por la ventanilla del lujoso coche del abogado de la familia, un suspiro cansado sale de mis labios involuntariamente, miro de nuevo a la ventana, por lo menos el paisaje es bonito

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LOS ARBOLES PASAN CON RAPIDEZ por la ventanilla del lujoso coche del abogado de la familia, un suspiro cansado sale de mis labios involuntariamente, miro de nuevo a la ventana, por lo menos el paisaje es bonito. El coche aparca delante del internado, me tomo mi tiempo para observarlo, parece acogedor. Bajo del coche a la vez que Marcos y ayudo a Paula a bajar.

— ¿Cuando vienen mamá y papá a buscarnos? — Nos pregunta Paula.

— Recoge tus cosas vale? — Le responde Marcos evadiendo su pregunta. Comparto una mirada culpable con él antes de que vayamos al maletero a sacar las maletas.

— Deberíais, perdon, tenéis que decirle a vuestra hermana cuánto antes lo de vuestros padres, que han muerto. — El abogado se dirige a nosotros con cautela, sin saber cómo vamos a reaccionar.

— Nuestros padres no han muerto. Han desaparecido. — Le aclara Marcos con rabia contenida, yo estoy igual.

— Marcos, han abandonado la búsqueda, si queréis, se lo intento explicar yo a vuestra hermana.

— No, no, nuestra hermana es asunto nuestro, usted es solo nuestro abogado. Mande el dinero todos los meses, y déjenos en paz. — Le digo intentando que mi voz suene calmada, pero no lo consigo.

Cojo a Paula de la mano y arrastro mi maleta junto a ella mientras vuelvo a mirar el internado que de frente impone un poco más. Respiro hondo y camino hacia la entrada, todavía de la mano de mi hermana.

Veo a un grupo de amigos, que parece que nos miran y hablan de nosotros, intento ignorarles, andando a paso rápido y con la cabeza en alto, parece que Marcos también lo ha notado pues mira en su dirección con el ceño fruncido.

Vamos al despacho del director, donde nos indican en qué habitaciones vamos cada uno.

— Tira para la tuya que ya acompaño yo a Paulita. — Le digo a Marcos y él asiente.

La dejo en su cuarto, donde se pone a hablar con una niña rubia, me alivia que al menos tenga amigas, a ver cómo afronto yo ese tema pues no suelo ser muy sociable.

Entro en mi nueva habitación, dentro hay dos chicas pero las intento ignorar. Empiezo a deshacer la maleta cuando se me acercan.

— Hola, soy Carolina

— Y yo Victoria. ¿Eres nueva no?

— ¿Me habéis visto por aquí otros años? — Les contesto borde, después me arrepiento. Si quiero hacer amigas me parece que así no lo voy a conseguir. — Lo siento, estoy un poco estresada, soy Roma.

— No te preocupes, suele pasar el primer día. — Me dice la que creo que es Carolina, claro ella no sabe que mis padres están desaparecidos porque su barco se ha hundido en medio del mar.

𝐌𝐄𝐃𝐃𝐋𝐄 𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora