Frente a frente

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El sitio preferido de Kyle siempre era en la planta alta, mientras que el de Stan era cualquiera que estuviera cerca de una ventana, por lo que decidieron buscar un lugar cómodo arriba.

Sin notar otra presencia, el pelirrojo y el moreno se sentaron en una mesa cercana al ventanal, pidieron sus órdenes habituales a la mesera y continuaron una plática de trabajos.

– El señor Toallín tarda más de lo que acordamos en pagar su parte. – Conto Stan abatido. – Me tiene más de dos semanas esperando.

Kyle arqueó una ceja.

– ¿Necesitas ayuda con eso?

Stan se cruzó de brazos.

– Nah, descuida. – Dijo con desgano. – No le conviene posponer otra semana más su deuda. – Kyle hizo un gesto de confusión. – No soy su único problema legal.

En otra mesa, dos castaños hablaban animadamente de sus vidas y contaban entre risas anécdotas divertidas, siendo estas últimas más de Mark que de Cartman. Este último hacia bromas en su lugar.

– Entonces Rebecca me empujo a ese rio y dijo: A ver si aprendes a nadar mientras te ahogas. – Imito con sátira a su hermana.

Eric frunció el ceño indignado.

– ¿Y qué paso? – Pregunto estupefacto Cartman, la hermana de Mark parecía tener dos personalidades.

– Ah, que ella resbalo y cayo también y nuestro padre tuvo que rescatarla porque yo ya sabía nadar.

Ambos rieron y el mesero les sirvió los cafés que habían pedido.

Cuando Eric estaba por tomar un sorbo de su bebida caliente, un moreno desde una mesa relativamente lejana hizo contacto visual con él, impidiéndole que sus labios pudieran llegar al borde de la taza.

Desde un inicio presentía que algo pasaría si se encontraba con ese hombre, pero no imaginaba a Stan y mucho menos Kyle en el mismo lugar al mismo tiempo frente a ellos, parecían personas ocupadas y al menos de Broflovski pensaba que se había olvidado de él luego de la velada y la confesión.

Mark estaba frente a suyo, la misma posición que la de Marsh, en cambio, Kyle estaba en su misma posición, por lo que le daba la espalda y era lo único que impedía que lo viera con su compañía.

Por alguna razón, se sintió asqueado de sí mismo y sucio por estar con otra persona.

¿Qué tan relevante era ese nuevo hombre que lo ponía en esa situación?

– Mierda.

Mark lo observo extrañado.

– ¿Qué pasa, Eric? – Le interrogo. – ¿El café esta feo?

Ahora a sus emociones se le sumaba el miedo.

– Nunca digas eso delante de Tweek, Jesús. – Sudo frio. – Me estoy volviendo a sentir mal, creo que deberíamos volver y reunirnos otro día.

A pesar de todo, quería seguir viendo al peli marrón más veces, su compañía era muy agradable y divertida.

El castaño oscuro estuvo de acuerdo, dejo dinero de ambos cafés y se levantó rápidamente para socorrer a Eric.

– ¿Cartman? – El pelinegro de la otra mesa rompió el silencio.

Broflovski giro velozmente su cabeza a la dirección donde miraba su mejor amigo, presenciando una escena que no era de su agrado, donde su interés romántico, y por qué no, sexual, estaba con alguien en lo que parecía ser una cita.

Y lo detesto una vez más.

Lo había hecho a propósito.

El maldito hijo de perra de Stan lo delato adrede, su exasperante sonrisa mal disimulada se lo decía.

Demonio rojo |Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora