El confeso

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Fueron unos largos y tortuosos minutos en los que ambos pensaban acerca de la acción o reacción del otro, uno conteniendo el deseo de romper el recóndito silencio hasta que el más bajo finalmente tomara la palabra

Mark quería que Eric lo quisiera, y también quería quererlo aún más.

– Si te soy sincero, desde que llegaste tú me he preguntado lo mismo. – Suspiró. – Pero la respuesta siempre la he tenido, y es que lo amo mucho.

Cotswolds asentía mientras comprimía sus belfos, aunque sabía que competir contra un amor de antaño era casi imposible de vencer cada vez que recordaba las miradas de Eric sentía que tenía una oportunidad.

Pero ahora ya sabía que no.

– ¿Qué me has hecho, Mark, que siento la necesidad de quererte y olvidarme por un momento del amante que me mantiene cautivo?

El peli marrón se sorprendió por aquella pregunta, no era lo que hubiera querido pero era algo similar, no sabía si corresponder a ese deseo o dejar las cosas hasta allí y olvidarse de Eric.

No obstante, recordó que Cartman no se estaba confesando.

– Aun así no puedo corresponderte. – Dijo determinado. – Y no por Kyle, sino por mí. Mereces algo mejor.

Precisamente por eso es que te quiero a ti...

Mark intentaba asimilar esas palabras, tan clichés y tan comunes pero tan dolorosas al mismo tiempo.

Una vez más sujeto a Eric, esta vez desde sus mejillas, fijando su mirada a la altura de la suya en dirección recta, de tal manera que sus cautivadores orbes no pudieran oír de los suyos.

– Dime mirándome a los ojos que te deje ir y prometo hacerlo.

Fue entonces que se dio cuenta como su indecisión y dudas afectaban al moreno, y aunque esa no era su intención de cualquier modo lo hacía.

El pardo oscuro espero a que hablara, casi aceptando que le pediría dejarlo ir.

– Por favor, no me hagas esto...

Cartman empezó a llorar, teniendo espasmos severos y aumentando considerablemente su ritmo cardiaco con la respiración entrecortada. Recordar ese evento traumático siempre lo volvía vulnerable y débil, se sentía tan fresco como el día en que sucedió.

– No puedo estar contigo porque yo le pertenezco a alguien más...

Amor, amor, amor

– No puedo estar contigo aunque me gustes...

Amor, amor, amor

– No puedo porque... Snif...– Empezó a llorar con más fuerza, teniendo Mark que deshacer su agarre para abrazarlo por encima. – Cuando el hombre de mi vida me violó entendí que nadie más podía amarme.

El de cabellos ondulados quedo estupefacto ante lo confesado, su cuerpo estaba tenso y su mente en blanco, como si la revelación de su amor platónico le hubiera quitado las palabras de la boca y destruido la capacidad de hacer algún movimiento.

Su trance no duro mucho cuando Cartman empezó a alejarse de él e intentar salir del auto, no lográndolo debido al seguro.

Se mantuvo como pudo en su lugar y pasó sus brazos difícilmente por la cintura de Eric, procurando mantener una distancia prudente entre ambos cuerpos para después aspirar a apaciguarlo

No podía hacer mucho cuando él se encontraba en un estado psicótico, su instinto y miedo eran quienes tenían el control de su persona ese momento y debía actuar con prudencia si quería ayudar.

Demonio rojo |Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora