𝗛𝗢𝗪 𝗟𝗜𝗙𝗘 𝗖𝗔𝗡 𝗘𝗡𝗗 𝗜𝗡 𝗔 𝗦𝗘𝗖𝗢𝗡𝗗 ━ 𝖡𝖴𝖣𝖣𝖨𝖤

Epílogo

Los días.
Las semanas.
Los meses pasaron más rápido de lo que esperaba.

No tenia problema alguno en su vida cotidiana, al menos no que le interesaran.

Con Tyler las cosas se calmaron, su novio aún le tenia rencor por atreverse a meterse con su familia, pero después de varios turnos en su trabajo lograron trabajar juntos.

Buck terminó por mudarse con los Diaz, y aunque en un principio fue bastante raro acoplarse a vivir con dos personas más, le pilló el ritmo bastante rápido a su parecer. El creía que era porque ya llevaba un tiempo quedándose en la casa, por lo que la mudanza no hizo mucha diferencia.

Y eso nos lleva al día actual.

Chris ese día cumplía ya sus nueve años, por lo que se levantó más temprano de lo usual llevándose en el camino el sueño del hombre a su lado.

— Duerme —balbuceó Eddie, estirando su mano hacia él sin abrir los ojos. Buck lo miró enternecido y se agachó besando la cabeza de su amante.

— Tú duerme, yo voy a preparar las cosas para hoy —responde, sentándose en la orilla de la cama. Escuchó un gruñido detrás suyo antes de sentir la cama moverse y un brazo alrededor de su cintura, tirándolo hacia atrás—. Eddie...

— Quedan dos horas para que Chris se logre despertar, no creo que sea necesario levantarse —el brazo que rodeaba su cintura lo mantuvo sobre la cama boca arriba mientras el moreno se subía sobre el dejando una pierna entre las de él—. Pero también se que tu ansiedad no te dejará volver a dormir, así que me veo en la obligación de distraerte.

Dicho eso, se agachó llegando al cuello del rubio y comenzó a besarlo y lamerlo suavemente mientras sus manos tomaban los antebrazos de Evan y los dejaba sobre su cabeza. Escuchando los jadeos y pequeños gemidos que su pareja soltaba, sonrió pensando en que su misión ya estaba cumplida.

....

— Mierda Eddie, te dije —decía Buck con voz entre jadeante y arisca mientras se colocaba su polera. Habían sentido como unos pasitos caminaban por el pasillo y se metían al baño, y solo en ese momento se dieron cuenta que pasaron más de dos horas desde que despertaron.

— Molesto o no, estoy seguro que lo disfrutaste más que yo —detrás de él, Eddie se sentaba en la cama cubriendo su desnudez con las pocas sabanas que quedaban sobre la cama. No pudo evitar reír al ver por detrás como las orejas de Evan se enrojecían.

Miró sin pestañear como su pareja se terminaba de vestir y luego como salía de su habitación aun con sus orejas enrojecidas. Y solo en ese momento soltó un suspiro y se levantó de su cómoda cama sin soltar las sabanas enrolladas alrededor de su cuerpo.

Caminó hacia su baño privado, y no tardo más de diez minutos en salir de este ya aseado y cambiado de ropa. Mientras secaba su cabello, se dirigió hacia su mesita de noche y abrió el pequeño cajón, sacando una carpeta con papeles.

Si todo iba bien, el día de mañana esta familia será una.

— Cumpleaños feliz~

Los aplausos se escuchaban en la casa de los Diaz mientras el festejado soplaba las nueve velas en su pastel.

Su gente ya había llegado, Hen y su familia llegaron junto con Chim y Maddie, todos con un regalo cada uno. Minutos más tarde llegaron Bobby, Athena y los hijos de esta ultima, para más tarde llegar Carla y la abuela Isabel con la torta en mano.

Chris sonreía sin parar, podía notar lo contento que estaba con su fiesta. Sabia que las anteriores no fueron tan animadas como esta ya que Eddie no conocía a tantas personas.

Pero ahora si. Ahora tenia una familia que le acompañara.

— ¿Puedes acompañarnos? —hablando del rey de Roma.

Ambos Diaz estaban detrás de él, no sabia cuanto tiempo se la pasó metido en sus pensamientos, pero cuando se fijó en su alrededor, ya todos estaban con su trozo de torta y charlando entre si.

— Por supuesto.

Los tres se escabulleron hacia el patio trasero, y solo cuando estuvieron solos Buck se fijo en la carpeta en manos de Eddie.

Miró a ambos con curiosidad, aumentando esa sensación al ver como sus chicos se miraban entre nerviosos y ansiosos. Hizo una mueca y se cruzó de brazos, esperando cualquier cosa por parte de ellos, hasta alguna multa por un balón en la ventana rota de algún vecino.

— Hace unos días con Chris estuvimos hablando —comenzó a hablar Eddie, pasando la carpeta hacia las manos del pequeño—. En resumidas cuentas, el me dijo que ya te consideraba parte de esta familia desde antes que te mudaras con nosotros, y más que eso. Desde antes que ambos iniciáramos nuestra relación —el latino sonrió, pasando una mano suavemente por la cabeza de su hijo, invitándole a hablar.

Éste subió la mirada hacia su padre y luego la fijó en él. — Y-yo...te quiero, Buck, y por más que ambos sepamos que ya eres parte de la familia, quiero hacerlo oficial —decía, y al terminar de hablar le extiende la carpeta.

Evan la tomó con las manos temblorosas, ya haciéndose una idea de que decía en los papeles dentro de la dichosa carpeta.

Yo, __________, solicito que se hagan los estudios jurídicos, psicológicos y sociales correspondientes para ser declarado padre/madre adoptivo/a de Christopher Diaz, hijo/a de Edmundo Diaz, con quien estoy unido de hecho o en matrimonio.

Su corazón palpitaba de manera rápida y fuerte mientras se agachaba quedando a cuclillas frente al niño, que lo miraba expectante. Le sonrió, logrando que este también sonriera y se lanzara a sus brazos.

Lo sostuvo contra si dejando caer su cabeza en el pequeño hombro de su futuro hijo legal, cerrando los ojos e imaginando que desde ese día, desde ese mismo instante, su vida cambiaria nuevamente.

Ahora tendría un hijo. Ya lo tenia, pero ahora podía decirlo en voz alta y nadie se lo podría negar.

Sintió la presencia de Eddie agachado a un lado de ellos para pronto sentir su calor rodearlos, formando un abrazo entre los tres.

Ahora serian los Diaz-Buckley.

Diaz-Buckley.

Amaba como el nombre de su familia sonaba.