Capítulo 1 · Primer Beso.

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➤DASHA ·


Cepillaba mis dientes mientras me veía en el espejo del lavabo. No podía borrar de mi cabeza ese instante, ese momento donde Lyssa y Raúl estaban besándose, me dolió encontrarlos así.

—Y tú pensando en hacer una estupidez, Dasha... Qué idiota tú ere’ —me dije a mi misma, observando cada parte de mi rostro en el espejo.

Además de los mensajes de Raúl —cuando estaba camino a mi casa—, no paraban y aún seguía enviándolos, pidiéndome que le de chance de hablar conmigo y si quiero, frente a Lyssa. Ya que él, no está interesado en ella, pero mi mejor amiga —la cual veía como una hermana—, me había dicho lo contrario al salir de esa villa.

《—Raúl es súper lindo... ¿Crees que debería decirle que formalicemos? ¿O seguimos a escondidas como hasta ahora? ¿Le digo que sí al trío con Hozwal? 》


Me daba rabia recordar las palabras de Lyssa, su sonrisa y la felicidad que sentía al habrá besado a Raúl y que ya no fuera tan “privado y a escondidas” esa relación que ellos tenían.

—¡¡¡DASHA!!! —gritaron mi nombre tan fuerte, que me hizo brincar del susto y salir corriendo a donde me habían llamado.

Ese grito fue horrible, demasiado.

Con las piernas temblando del miedo y una incertidumbre cabrona, imaginándome miles de escenarios tras escuchar ese grito como de dolor o algo por el estilo —ese grito lleno de terror—, no me esperaba encontrarme con Lyssa y esa cara que tenía, repleta de nervios. Yo sin entender, hasta que bajé por completo de las escaleras y vi a Raúl ahí, con su celular en la mano, sin camisa y con un phillie entre sus dedos.

Miré a Lyssa, ella estaba inmóvil y aterrada o al menos ese sentimiento me transmitía. Por otro lado, Raúl me veía con ambas cejas arqueadas, sin decir absolutamente nada.

—¿Qué? —dije casi en un susurro observando a Lyssa.

Negó, bajó la cabeza y se fue de aquí, dejándome a solas con Raúl quién no dejaba de verme y actuó como si la presencia de Lyssa no le importara para nada.

Me enfoqué en él, suspiré con fuerza y me estiré un poco mientras esperaba que el hombre dijera algo.

—Vente —se acercó a mi sin apartar la vista de mis ojos, me tomó de la mano con fuerza y me regresó por dónde había llegado.

Su mano —la derecha, donde llevaba su celular—, la deslizó por mi espalda y la dejó por encima de mi cintura, dándome un ligero empujoncito al mismo tiempo que subíamos las escaleras. Él iba un poco detrás de mi, no había una distancia prudente ni nada, no parecía importarle que alguien nos viera —ya que, aquí vivían par de personas importantes para los dos—, no me sentía incómoda ni nada de eso, solo me parecía raro.

Justo cuando llegamos a la puerta de mi habitación, entramos rápido y cerró la puerta detrás suyo, le colocó llave y me quedé a un lado, viéndolo ir hasta mi cama y dejarse caer.

—Te habías quitado el brassier, Dasha... —habló con firmeza, totalmente seguro de lo que decía—. Me mostraste las tetas, me besaste y me gustó...

Mi cara ardía del bochorno y la molestia de recordarlo con Lyssa.

—Yo no sé qué carajos intentaste hacer cuando estábamos allá solos, pero quiero que lo hagas ahora —me miró a los ojos y dejó el phillie en el pequeño cenicero frente a la cama—. Esa amiguita tuya, Dasha...

—No la menciones.

—Esa cabrona me besó a la fuerza, me tomó desprevenido al igual que tú... No me gustó, no me gusta ella y nunca me va a gustar, no es el tipo de chamaquita que a mi me llama la atención, te digo la real baby —aseguró viniendo hacia mi.

—¿Desde cuando te metes con ella?

Su cara cambió drásticamente, sus cejas bajaron provocando un efecto diferente en su mirada, la que ahora me hacía sentir miedo, ya que se veía algo psycho.

—¿Qué?

—¿Desde cuando chingas con Lyssa?

—No tengo na’ que ver con ella —respondió al instante.

—Tú tenía’ que decirme que estaban de booty call o algo, Raúl.

—¡¿Qué carajo’ tú dice’ Dasha?! ¿Estás loca?

—No vo’a discutir contigo, menos por esa estupidez —me di la vuelta con la intención de dejarlo solo y salir pero me cogió del brazo y me jaló hacia él.

—¿Por qué me reclamas por eso? ¿Quién te dijo además..? Yo no entiendo que e’ lo que quiere’ saber tampoco, so... ¿Qué intentabas también? ¿Chingar conmigo allá y después qué?

Me hice para atrás, Raúl me soltó y lo miré directo a los ojos.

—Después na’.

—¿Después na’ Dasha? ¿En serio? —sonaba decepcionado aunque ese enojo iba en aumento y asentí.

—No había na’... Jugamos un poquito y me aloqué, los mensajes de aquel cabrón jodiéndome la mente, solo fue eso... Me calentó la cabeza y quise hacerlo para joderlo después pero, real... No quería hacer más na’ que joder a ese pendejo que decía puras idioteces...

—Ah.

—Ahí está Lyssa, puesta pa’ ti y esas propuestas que le hiciste sobre el trío con Hozwal —murmuré con la mandíbula apretada—. Yo me voy a dormir, te cuidas.

—Dasha, hay que hablar de eso...

—No me interesa lo que hagas con tu vida, Raúl... Solamente somos amigos, eso e’ to’.

Asintió, se acercó de nuevo a mi con cierta brusquedad en sus movimientos, me tomó por la cara y me besó —fue algo rápido, simple y me soltó—, me le quedé mirando totalmente sorprendida y él sonrió burlón. Yo molesta, arqueé mis cejas y le solté una bofetada —sin pensarlo—, justo cuando lo hice, él bajó la cabeza y me pasó por el lado sin voltear a verme.

Salió de aquí dejándome completamente sola, con una extraña sensación —magicamente el enojo había desaparecido—, ahora me sentía mal por lo que hice pero también rara por ese beso tan fugaz.

Pasé las yemas de mis dedos por encima de mis labios, recordando la sensación de sus labios sobre los míos. Sintiéndome súper confundida, preguntándome miles de cosas, en especial una: ¿por qué lo hizo?

FRIENDLY ‹ LUAR LA L ›.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora