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Capítulo 3 · Pin.

➤LUAR LA L ·

No quería ver a Dasha con nadie, pero llegar al mismo lugar dónde ella posteó que iba a pasar la noche —con sus panas—, no dudé en venir. Tenía unos cuantos días sin verla a la cara, hasta ese live que tuvimos donde pude darme cuenta que ella no me tenía rencor o estaba molesta por la bobería aquella —y sí, hablo de ese besito que le di—, Dasha andaba muy bien acompañada.

Lograba ver a Juliito —del Casti—, Lunay, su mejor amiga Melissa, Hozwal y Keyshita. Ese corillito con el que ella salía para janguear nada más, no había otra interacción entre ellos —como pasaba conmigo que eran cosas más íntimas—, esos solo se juntaban para ir a partys como estas.

—Y si tú no dejas de verla así, se van a dar cuenta que estás juquiao’ de ella —dijeron al lado mío, sacándome de ese trance en el que estaba desde que la miré.

—Mera, Custom... No estoy pa’ bromas ahora, déjame tranquilo —le quité la mano que había dejado caer sobre mi hombro.

—Sí, yo sé... Desde que Dasha te mandó pal’ carajo, nadie te soporta papi —soltó una risa que me jodió hasta dónde más no pudo—. Ni tú mismo te soportas, cabrón...

—Bájale a esa, baby...

Seguía riéndose mientras me miraba el cabrón, así que decidí ignorarlo. Yo andaba con par de gentes, tampoco es que había venido solo a pararme aquí, mi corillo estaba caliente ahora —Jon Z, Jamby, Dexian, Mora y Rokero, con par de babys alrededor—, aunque yo solamente estoy interesado en una sola y es esa misma que está perreando bien duro, al lado de Juliito y Lunay.

—Cabrón, ¿tú estás mordío?

—Iah, diablo... ¿A ustedes les gusta joder con cojone’ verdad? —me di la vuelta, haciéndome pendejo.

Esos cabrones se rieron nuevamente y les respondí con lo que ellos querían escuchar para que me dejaran de joder.

—Estoy mordío’ cabrón, sí... ¿Contento? ¿Es lo que querían escuchar de mi? ¡Pues sí, sí estoy mordío’ baby! —me encogí de hombros, hice un mohín mientras asentía y miraba hacia abajo—. Normal que lo esté... Ella debería estar aquí... ¡Conmigo!

—Pues aquí estoy.

Me tensé al oírla detrás de mí y miré a Jon Z que estaba justo enfrente —igual de cagao’ que yo, con los ojo bien abiertos—, tenía que voltear y hablarle, pero el cuerpo no me respondía, seguía inmóvil.

—Dale, cabrón... Ahí está, date la vuelta —Jon me dió con el codo, empujándome y volteé.

Seguía dándole la espalda a Dasha, pero ahora estaba mirándola por encima de mi hombro. Me sonrió y terminé por voltear completamente con ella, nos acercamos como si estuviéramos en cámara lenta —los dos sonriéndonos, mirándonos a los ojos—, y así mismo, lentamente, terminamos abrazándonos como si no hubiera nadie a nuestro alrededor.

Besé su cabeza y ella, metió sus manos por debajo de mis brazos, logrando pegarme a su cuerpo —jalándome por los hombros hacia abajo—, sentía como latía su corazón o quizás era el mío que estaba tan acelerado por la emoción de tenerla frente a mi después de aquello.

—Te dejaste ver, por fin —dijo alejándose después de un rato, con una coqueta sonrisa entre esos labios rosados—. ¿Dónde te habías metido, Luar La L?

—¿Yo? ¿Dónde estabas tú, cabrona?

—¡Oye! —se hizo la ofendida dándome un golpe en el brazo y me le pegué otra vez, sonriéndole.

—¿Vamo’ a hablar? —con un movimiento de cabeza, hice la señal para salir del lugar.

—¿A hablar?