Capítulo 10 · Un Día Especial.

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➤DASHA ·


Caminaba por la arena, descalza y con una venda cubriéndome los ojos. La brisita fresca de la playa, los sonidos que había además de las olas, me erizaba la piel. Mi sonrisa era evidente, la risa de Raúl me hacía sentir nerviosa, un poco inquieta y con muchas ganas de saber de qué se trataba esta sorpresa que me había preparado.

—Mami, en cuanto yo te diga tú te quitas la venda de los ojos... ¿Ta’ bien?

—Ay, baby... Okay, dale...

—No veas hasta que te diga —lo oí alejarse de mi, yo asentí sonriendo.

Sabía que sería algo lindo, hecho por él y sobretodo romántico, porque ahora eso era. Había cambiado ciertas cosas de su personalidad, cosas que chocaban conmigo —y todo era por el bien de nuestra relación—, claro que también yo cambié ciertas cosas porque esto era 50-50 de cada uno y poco a poco, habíamos avanzado hasta este momento.

—¡Quitate la venda, mami!

Sin tardanza mucho, jalé la venda y justo cuando sentí que se aflojó, abrí mis ojos.

—¡No puede ser! —grité cubriéndome la cara con ambas manos, no podía hablar por la emoción.

Al verlo ahí, hincado con un anillo en su cajita y detrás la frase: “marry me”. Me volví loca, es algo de no creerse y realmente, es algo que no me esperaba. Veía todo mientras caminaba hacia a él, globos rojos atados a unas canastitas con comida a cada lado de esas letras grandes iluminadas. Pétalos rojos sobre la arena en forma de un corazón grande, Raúl mirándome con una sonrisa y yo, frente a él, sin poder responderle, al borde del llanto.

—Cásate conmigo, Dasha.

Asentí rápidamente con la cabeza, él soltó una risita y me puso el anillo a la vez que nos veíamos a los ojos. Besó sobre mis nudillos, me abrazó con fuerza y nos separamos despacio, para vernos nuevamente y besarnos.

—Feliz segundo aniversario, mami —murmuró acercándose a mis labios despacio.

Rozó la punta de su nariz sobre la mía con lentitud, sus ojos fijándose en mis labios y humedeciéndo los suyos para así, unirnos en un beso lento.

Con los ojos cerrados, sintiéndome como si estuvieras en las nubes, me dejé llevar por él y por la sensación que su boca me transmitía en cada roce. Y es que me besaba con tantas ganas que mi cuerpo ni siquiera me respondía por lo hipnotizada que me tenía.

Seguíamos lento, saboreaba sus labios y él los míos, sus manos estaban por detrás de mi cintura y yo lo sostenía por la nuca y su hombro. Inclinaba un poco mi cabeza hacia un lado para darle ese pequeño espacio que necesitaba y me exigía al pedirme más que solo un beso, pues sus manos ya comenzaban a entrar en este juego donde mordía mis labios, succionaba y deslizaba su lengua por encima de ellos. Nuestros cuerpos se unieron más, su agarre era más fuerte y la humedad entre mis piernas, empezaba a tomar el control, volviéndome un poco agresiva con mis movimientos hasta casi brincarle encima y hacerle de todo.

—Te amo —susurré entre sus labios y paró.

Nos miramos a los ojos, sonrió.

—¿Te vas a casar conmigo? —habló bastante serio, me hizo reír.

—Sí, me voy a casar contigo.

Se mordió el labio inferior—. Entonces, yo también te amo, mami.

—Bobo.

「 En casa 」


Subí a ponerme un traje de baño —de los que se caen al jalar el cordón—, en color rojo y con el cabello suelto, sin maquillaje. Volvía al patio donde Raúl me esperaba en la piscina, lo vi en cuanto bajé las escaleras y llegué al sillón.

Sonreí para mi misma al verlo tan distraído, como si estuviera en otro lugar. No hablé ni hice algún tipo de ruido hasta que llegué y me paré frente a él.

—Raulito...

Salió de esa hipnosis y me miró de pies a cabeza.

—Entra conmigo —dijo al verme y se echó para atrás—. Siéntate aquí en la orilla, quiero verte un rato.

—¿Verme?

—Chingarte también, es un día especial —hizo un mohín y metí las piernas a la piscina.

Se acercó y se metió entre mis piernas, separándolas un poco, besó mis muslos y luego mi ombligo, tomé su cara entre mis manos y lo obligué a mirarme a los ojos.

—Quieres estar conmigo, ¿en verdad?

—¡Baby, obvio! Pa’ toda la vida si es posible, ¿no te das cuenta de como tú me tienes, mami?

Sonreí—. Cógelo serio, ¿sí?

Rodó los ojos hacia un lado, bufó con burla y se mordió los labios mientras intentaba esconder esa sonrisa traviesa.

—Quiero estar contigo pa’ siempre, hablando claro... Siempre te quise pa’ mi, estuve ahí esperando por ti, Dasha, ¿qué tú quieres saber? ¿Qué haría por ti? ¡Ya tú sabes qué! Tienes todas las respuestas, tenemos dos años juntos ya... Dime, ¿qué más quieres?

Esos ojos oscuros estaban fijos sobre mi, no aguanté más y sonreí, aventándome a sus brazos y cayendo en el agua, con él.

—Esto es lo que quiero —respondí besándolo.

Con desespero, con ganas y vibrando junto a su cuerpo que estaba emparejado con el mío.

No perdimos tiempo, Raúl me llevó a la esquina de la piscina mientras jalaba esos cordoncitos que mantenían mi traje de baño pegado a mi cuerpo, quitando el bra y dejando mis senos por encima del agua, sobre su pecho, pegaditos.

Él viéndolos y apretándolos con una de sus manos grandes, mientras que yo me aferraba a su cuello —para no hundirme en el agua—, Raúl me mantenía a su altura, sosteniéndome de la cintura, sin dejar de jugar con mis senos.

Su juego me volvía loca, lo que yo quería era sentirlo y que me diera lo que mi cuerpo necesitaba, pero no lo hacía. Besaba mi cuello, lamía por encima de mi clavícula y bajaba un poco a mis senos, los besaba y succionaba despacio, volviéndome loca con su lengua y el roce de sus dientes por mis pezones.

—Mera, deja el juego ya...

—Cállate la boca —se quejó mordiéndome el labio inferior, haciéndome jadear por el dolorcito tan rico.

Pasó su lengua de manera delicada para luego, succionar con fuerza y volver a morderme, bajando al mismo tiempo, esa manos y apretándome las nalgas.

—Dale suave, que me duele.

—Que te calles —volvió a decirme de la misma manera, haciéndome reír.

—Cállame, cabrón —dije bajito, súper excitada por ese tono de voz.

Abrió los ojos, me miró y sonrió avisándome que lo malo, estaba por suceder.



Si bebecitas, pasó el tiempo.

Ya tienen dos años de novios y ahora se comprometieron.

FRIENDLY ‹ LUAR LA L ›.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora