Capítulo 5.

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Había pasado exactamente dos semanas desde que Jisoo y yo vivimos en la mansión de la familia Kim. Todos nos han recibido muy bien y nosotras tratamos de dar la misma actitud. Jisoo está más feliz de lo normal; desde que llegamos se la pasa viendo películas con Rosé u horneando galletas y cupcakes con la señora Clara, quien por cierto supe que es italiana, al igual que la señora Isabelle. Por otro lado, yo la he pasado haciendo algunas tareas simples en la casa, pues no me dejaban hacer esfuerzos. Hoy, por fin las convencí de dejarme recortar el pasto antes que el invierno haga presencia total. Estamos a finales de noviembre y el clima es fresco, frío si comparamos la temperatura del resto del año.

Cuando llegamos a este lugar nos fue un poco difícil adaptarnos al clima en invierno. En Corea los inviernos son fríos y muchas veces la nieve se hace presente, pero aquí nunca he visto un solo copo de nieve caer; al menos no en la ciudad.

Eran cerca de las 6 de la mañana cuando me dispuse a comenzar mi trabajo. Me coloqué un jean desgastado, mis botas de trabajo, una camiseta blanca y un buzo enorme para evitar el clima bajo. Fui a la habitación de Jisoo para despertarla. Abrí la puerta con cuidado y vi la pequeña bola bajo las sabanas. Corrí las cortinas para que entrara la luz del sol.

-Soo, es hora de despertar. – Susurré mientras quitaba la cálida manta de su cuerpo.

-Podría jurar por un pollo frito a que estamos a 15 grados. – Dijo somnolienta.

-De hecho, estamos a 17 grados. Ahora mueve el trasero y toma una ducha si no quieres que la señora Clara le de tu desayuno a Kuma. – Descubrí que decir que le daría su desayuno al perro de Jennie era buena táctica para que se levante más rápido.

- ¡No te atrevas Lily! Mi desayuno es sagrado. – Dijo mientras corría hasta la ducha.

Reí y bajé a la cocina para ayudar a la señora Clara, quien ya preparaba el desayuno y la merienda de las chicas. La saludé y empecé a empacar la comida en los respectivos contenedores. Encendí la cafetera, pues la señorita Jennie siempre baja 20 minutos ante de irse al trabajo a llenar un termo con café caliente y un poco de leche.

Hablando de la chica, justo entraba a la cocina; pero en esta ocasión no vestía un elegante traje ni llevaba con ella una de sus bolsas de diseñador. En lugar de eso, vestía su pijama; llevaba el cabello un poco desalineado y tenía unas cuantas ojeras en el rostro. – Se ve hermosa – Pensé. Sacudí mi cabeza tratando de borrar ese pensamiento. Pero algo no está bien con ella; nunca falta al trabajo, menos a plena mitad de semana.

-Buenos día Clara, buen día Lalisa. – Nos dio una sonrisa cansada mientras llenaba una taza con la bebida caliente. – Alfred llevará a las chicas a la escuela. Por favor, pediré que no me molesté, estaré en mi despacho si hay una emergencia.

-No se preocupe señorita Jennie, estaré aquí por si necesita algo.

..

Pov: Jisoo----------

-Vamos Chu, muero de hambre. – Rosie me llevaba a rastras hasta el patio de comida. Rosé es tan distinta a como creí que era cuando la vi por primera vez; parecía tan seria y fría. En realidad, es una masita llena de energía a la que le encanta la comida. Es tan adorable cuando está comiendo y sus mejillas se abultan como las de una ardilla. Hemos formado una linda amistad, talvez influya un poco el hecho de que viva en su casa.

He notado que Rosie no menciona a mas amigos ni conocidos. Tampoco he visto que salga a fiestas o a reuniones con amigos; tampoco es mucho de socializar con los demás compañeros de clase. Ella es muy tranquila cuando se siente en paz, lo he notado. Usualmente se pone muy nerviosa cuando tiene que hablar con alguien desconocido y trato de ayudarla con eso.

¿Quién salvó a quién? /Jenlisa/Chaesoo. (G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora