Después de despedirse a Mateo le quedaba una cosa por hacer. Decidió pasarse por el bar Absenta para echar un vistazo. El bar estaba cerca de allí, en el número 75 de la calle Hospital. Llegó en dos minutos y se lo encontró cerrado.
El local daba a un callejón oscuro en el que se metió Mateo en busca de una puerta trasera. No encontró ninguna puerta pero sí que había una ventana de ventilación que había quedado un poco abierta. Dió un salto para llegar a esa ventana y con un poco de esfuerzo consiguió meterse dentro del bar. El bar era de un estilo rústico y muy bonito. Miró por todos lados en busca de alguna pista. Después de dar varias vueltas al local decidió entrar al baño de los empleados. Allí encontró productos de limpieza, un inodoro y una ducha. Inspeccionó más esa zona y abrió la cortina de la ducha. Encontró dentro de esa ducha que había una baldosa que no se ajustaba bien con el resto de la pared. Se le ocurrió mirar más de cerca. Empujó la baldosa con la mano haciendo un poco de fuerza y, con un pequeño ruido, se abrió una puerta pequeña dentro de la misma ducha. Mateo empezó a tener miedo de verdad. Pero también sentía una gran curiosidad. Decidió cruzar esa puertecita para ver lo que había al otro lado aunque estaba muy oscuro. El miedo no lo podía solucionar, pero la oscuridad sí, porque siempre llevaba una pequeña linterna de bolsillo, por si tenía que revisar las piezas más escondidas del motor del taxi.
Al encender la linterna Mateo pudo ver que tras la puerta había un pequeño pasillo que daba a unas escaleras de piedra. Tenía mucho miedo pero su curiosidad era más grande que ese miedo, por lo que empezó a bajar por las escaleras poco a poco, notando un aire caliente en la cara. Llegó a un rellano donde tuvo que girar a la izquierda para seguir bajando por otras escaleras iguales que las anteriores. Como iba bajando mucho, cada vez sentía el aire más caliente y su miedo más fuerte. Cuando pasaba la linterna por la pared veía cosas escritas, como grafitis mal hechos, al lado de unos dibujos muy raros. Reconoció una palabra:"XIBALBÁ"
Recordó que había escuchado esa palabra por un mensaje que Marina le leyó de su móvil el día que la llevó en el taxi. La había buscado en un diccionario que le prestó un vecino esa misma noche. Xibalbá era el infierno de los Mayas, donde mandaban los dioses más malvados. ¿Qué tenía que ver la cultura Maya con Barcelona en 1999?
En ese momento a Mateo le entró ya un miedo que superaba su curiosidad y decidió darse la vuelta, volver a subir las escaleras y cruzar la puerta secreta. Cerró el pasadizo con cuidado y borró sus huellas de la baldosa de la ducha con una toalla que encontró colgada. Solo le quedaba alcanzar la ventana y salir a la calle. No le costó salir al callejón, porque el miedo le hizo correr más rápido y saltar más alto. Adrenalina lo llaman.
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La extraña desaparición de la bailarina Marina
Misterio / SuspensoMateo, un taxista de Barcelona conoció en su trabajo a Marina, una bailarina del Liceo. Lo que no sabia Mateo, es que ese viaje en taxi le cambiaría la vida.