Hwang Hyunjin, un artista secreto en busca de un asistente, quien gracias a su increíble humor se le hace imposible encontrar a la persona indicada.
Aunque un día por casualidad un chico desesperado por encontrar trabajo se cruzará en su camino.
"E...
Las ganas de llorar se habían ido, Hyunjin solo sentía desesperación, el no había matado a nadie, no era así.
De la nada su celular comenzó a soñar el cual era una llamada del pecoso. Hyunjin no contesto, no pensaba hacerlo, no en este estado, simplemente no podía.
La puerta del estudio fue tocada nuevamente, esta vez si era Minho.
—Hyunjin por favor ábreme la puerta!
No hubo respuesta alguna.
—Hyunjin!!
Este se levantó de donde se encontraba, comenzó a abrir la puerta lentamente.
Minho noto sus ojos rojos de tanto llorar, sintió mucha pena por Hyunjin, desde que lo conoce siempre había tenido muchos problemas, sabía que el no se merecía algo así.
Minho abrazo con fuerza al chico, dándolo palmadas en la espalda de este, dandole a entender que siempre estaría para el.
Ambos entraron a la habitación sentándose en un pequeño sillón que tenían Hyunjin.
Ninguno hablo, Hyunjin solo tenía su mirada fija en el piso hasta que terminó cortando este silencio.
—El lo hizo.
—De que hablas Hyunjin? Dijo Minho con cara de preocupación.
—Mi padre, en lo hizo, público ese artículo.
—Por que el haría algo así?..
—Minho, nunca te conté la verdad...
—De que hablas Hyunjin?..
—No es mentira que mate a alguien...
Minho se quedó en shock, espero que esa noticia lo más seguro es que fuera falsa pero al ver la seriedad en su rostro, le causó bastante temor.
—Bueno no exactamente así, la verdad es que mis padre no tiene un negocio bastante ilegal, me enteré cuando tenía 13 años.. tuve que vivir con eso el resto de mi vida. Fue hasta que conocí a un chico y terminé enamorándome de él, sin saber que eso causaría su muerte.
Minho no sabía que decir, solo se quedó en silencio, intentaba procesar todo.
—Tus padres le hicieron daño?..
—Asi fue....
Minho se acercó a este, abrazo doló con fuerza, sin darse cuenta comenzó a derramar lágrimas en el hombro del otro.
—Hyunjin, no es tu culpa, créeme.
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Felix se encontraba bastante preocupado por el mayor, no contestaba ninguna de sus llamadas.
Se terminó de preocupar más al ver la noticia de este.
