Capítulo 22

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Harry estaba teniendo una pesadilla. Lo sabía, pero no podía escapar de ello. Hermione había sido secuestrada el día anterior. Sabiendo cómo trabajaba el enemigo, tenía poco o ningún tiempo. Había estado buscando frenéticamente cualquier rastro desde que lo escuchó, ignorando las órdenes y simplemente moviéndose. Sabía qué esperar si tardaba demasiado. Ya había tardado demasiado. Ese día la gente lo había visto por todo el país, forzando puertas e interrogando a la gente.

Luego encontró un rastro. Una posible pista gracias al boca a boca. No tenía forma de saber de dónde venía en ese momento, pero no le importaba. Apareció en un cementerio. Delante de él había una persona que yacía debajo de una lápida, pidiéndole ayuda y él corrió hacia ellos, pero no pudo alcanzarlos. "¡Harry, ayúdame!" ella suplicó.

"¡Hermione, ya voy! ¡Esperar!" Siguió corriendo, tratando de alcanzarla, pero la distancia simplemente creció.

"¡¿Por qué no me ayudas?!" suplicó de nuevo. Ella estaba sangrando por sus muchas heridas y podía verla perder fuerzas.

"¡No! ¡Espera, ya casi llego! Harry le suplicó y se esforzó más, corriendo más rápido, pero parecía incapaz de acortar la distancia cada vez mayor.

"¡Harry!" gritó mientras comenzaba a desaparecer de la vista, la distancia era demasiado grande para verla más.

"¡Harry!" Esta vez era otra voz. Más cerca, preocupado.

Harry finalmente despertó, en medio de un sudor frío, su cuerpo finalmente despertó sobresaltado, con el corazón acelerado. La urgencia de un momento antes todavía estaba en su mente cuando comenzó a darse cuenta lentamente de que estaba sentado en la cama, Natasha mirándolo con ojos preocupados. Le tomó un minuto, pero logró controlar su corazón, su rostro aún estaba húmedo por el sudor y las lágrimas.

"¿Pesadilla?" Natasha preguntó con ojos tristes. Conocía demasiado bien las consecuencias de una vida como la de él. Suyo.

"Sí." Dijo finalmente Harry.

Ella se inclinó hacia él y lo abrazó. Nunca lo había visto tan vulnerable. Había estado llorando mientras dormía. Ella había intentado despertarlo, pero él no pudo. Como si se negara a abandonar el sueño tratando de quedarse allí para ayudar a quien intentaba salvar. Si ella no hubiera pasado la noche, ¿se lo habría dicho? "Estabas llamando a Hermione. ¿Era una amiga?

"Ella era una de mis mejores amigas. Se la llevaron un día y busqué por todos lados y violé muchas leyes buscándola. Cuando finalmente la encontré ya estaba muerta. Los bastardos la habían destripado y la habían dejado esposada con esposas supresoras de magia. Ella debe haber sufrido mucho..." Los ojos atormentados de Harry fueron demasiado para Natasha. Harry siempre estaba sonriendo y luchando para hacer felices a todos los demás. ¿A nadie le importaba que lo estuviera haciendo a pesar de su propio dolor y pérdida?

"Voy a ir a preparar un poco de té. Entonces me vas a contar sobre Hermione. Buenos recuerdos, cosas que hiciste por diversión. Y luego me dirás qué haría si alguna vez te viera con el aspecto que tienes ahora. Natasha terminó con firmeza.

Harry asintió en silencio. Sus pensamientos al menos sobre algo mejor. Él sonrió levemente. Había pasado un tiempo desde que alguien le preparó té. Estos estadounidenses generalmente preferían el café.

Cuando Harry se unió a Natasha en la cocina, ya se sentía un poco mejor. Fueron al fuego y Harry le contó sobre los días escolares, cuando estudiaban y trabajaban juntos. Sobre su inquebrantable respeto por la autoridad y cuántas veces eso terminó trabajando en su contra y cuándo habría ayudado, cuando Harry la había convencido de no acudir a los que estaban a cargo.

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