Tony
Desde la entrevista en la que perdí el suelo no volví a ver a Bloss, era como si la tierra se la hubiera tragado, su estudio cambio a un lugar más grande y su maldito documental fue un éxito para los amantes del baloncesto.
La veía en todos lados, en la maldita sección de deportes, en el periódico, pero nunca en carne y hueso. El hecho de no saber de ella solo me confirmaba lo inevitable, la estaba perdiendo, la había perdido y quizá, y sin darme cuenta nunca tuve oportunidad de recuperarla. No, no quería pensar en ello.
Pero era casi inevitable, los meses pasaban y ella se convertía en un simple recuerdo, en alguien que solía conocer y que dolía cada vez que le recordaba. Al principio fue una lucha con mi ego y su felicidad, pero para este punto era un dolor realmente desgarrador, el saber que la estaba perdiendo, que se escurría entre mis dedos como la arena del mar.
-Tony, Tony- un asistente de producción me traía de vuelta a tierra
-Lo lamento ¿Qué me decías?-
-Solo quiero que confirmes esta lista, está de sobra decir que todo aquí es confidencial, la cena será el día de hoy y tu estarás encargado de dar a conocer a los nominados, es solo un protocolo, la mayoría de ellos ya lo saben, aun así es parte del show, y nos alegra que seas tú quien de esta presentación antes de que salga al noticiero del lunes- me entrego la lista de nombres con una enorme sonrisa.
Ser encantador en momentos como este en el que mi cabeza va más rápido que mi corazón era complicado, así que solo tome la lista y camine de un lado a otro de esa oficina esperando centrarme en algo, en lo que fuera menos en aquella mujer que me carcomía la vida.
Y entonces la vi, entre mil nombres vi el suyo, entre un millón de letras sin sentido resaltaba su nombre... era ella, nominada por su documental. La patada de la envidia me pego en el costado, pero el calor de la posibilidad de poder verla me gano.
Esta vez no sería ese pequeño hombre que se aferra al rechazo, que no puede ver más lejos de sus miedos, le diría, si solo me diera la oportunidad todo lo que me ahogaba y como era posible que solo ella pudiera sacarme de ese lugar tan oscuro.
Le diría que quería regresar a sus abrazos y que lamentaba profundamente el haber soltado su calor por voluntad propia, le diría que todos esos años a su lado fue como estar sentado frente a una bomba de tiempo, sin saber cuál era el cable que debía cortar y que al final, por idiota tire del cable incorrecto; haciéndonos daño, lastimándonos profundamente.
Esta vez elegía caer entre sus brazos, mirar su brillo como un alegre consuelo de vida, como el sol que iluminaba mi camino y ser feliz de su mano.
Esta vez no sería una trampa, no sería una tragedia, solo quería hacerla feliz, saber lo que se sentía ser el causante de sus sonrisas, caminar a su lado y sentirme enamorado... como lo fui una vez. Esta vez me dejaría calmar por sus manos, esta vez seriamos esos amantes que se acompañan por el paso del tiempo, no sería egoísta con su piel ni ahogaría mis minorías en su existencia.
Seria todo para ella, y me aferraría a su existencia como lo más hermoso del mundo. Estaba listo a vivir o morir bajo sus manos si es que ella lo deseaba, estaba listo y dispuesto a fallar si su amor me esquivaba y de igual manera a recibir la felicidad en llamas...
Entre al salón con mi pecho inflado en confianza, en felicidad, la noche comenzaba, las mesas adornadas de gala, mi traje perfecto, mi brazo vacío, estaba solo y dispuesto a darlo todo. Jamás brille tanto como ahora, quería sonreír cuando en la nominación viera su nombre, ver como ella hacia el protocolo de levantarse y recibir los aplausos mientras la luz le daba en el rostro.
Quizá diría algo lindo, quizá diría que ella era la mujer más talentosa que conocía, quizá...
Moriría.
Estaba embarazada... tan jodidamente embarazada que no pude continuar, ni si quiera me di cuenta de cómo pasaban los minutos, la escena se repetía en mi cabeza como un bucle. Ella alumbrando por las luces, luciendo hermosa, con tanta belleza...
-Lo siento, ahora continuaremos con los nominados a...- intente recomponerme pero no podía ni hablar...- bien... lo siento...- y dejando las tarjetas en el podio baje de ese lugar como un niño asustado dejando a mi coanfitrión sola.
Las lágrimas rodaban en mi rostro como si la hubiera visto atravesada de pecho a espalda por una espada.
No existía mayor ejemplo de una perdida que este momento en el que el amor de mi vida engendraba vida con alguien más que no era yo. Ni si quiera quise ser padre, pero siempre que imaginaba la posibilidad era ella el rostro amable que veía en mi memoria como madre de mis hijos.
Toda mi vida la base en mi propia miseria, y justo por esa maldita miseria la perdía. Debí haberle suplicado que no me dejara el día que firmas el divorcio, debí pedirle que olvidara todo, que dejara que el tiempo nos curara y que aquellos malos entendidos se quedaran como lo que eran.
El sonido de la puerta me puso alerta, me levante del suelo limpiando mis lágrimas incapaz de contenerlas y desde el espejo la mire. De pie con ese vientre abultado y la mirada de angustia de la cual pensé jamás seria merecedor de nuevo.
-¿Qué haces aquí?- me puse a la defensiva sin girar
-Solo quería saber cómo estabas...- dio un par de pasos adentro dejando la puerta a medio cerrar
-Estoy...- dije
-No creí que... yo no tenía idea de que tú estarías aquí
-Pero yo si sabía que te vería...- continúe mirándola desde el espejo incapaz de verla de frente, sentía que si la miraba me convertiría en piedra y me rompería bajo mi propio peso- Quería hacer las cosas bien, tenía todo un maldito discurso yo... no puedo creer que me hicieras esto- sollozo como un niño
-Quizá debí decírtelo, pero después de lo que nos hiciste, la verdad es que lo último que quería en este mundo era saber de ti. Así que no voy pedir perdón por algo que yo no hice, no voy a volver a pedirte perdón ni a ti ni a nadie en toda mi vida, porque vivir, continuar mi existencia, no es motivo de disculpas. Porque tú continuaste y jamás miraste atrás-
Tenía razón, y dolía, dolía saber que esa simple palabra lo hubiera cambiado todo, esa palabra que ella quería dejar de decir y que en mi se ahogaba "Perdón" eso era todo lo necesario para volver a ser seres humanos y ni ella ni yo estábamos en posición de decirlo.
-Me jodiste la vida. Me la jodiste desde el primer momento que sentí algo por tu persona y ni siquiera me di cuenta-
-Solo quería que estabas bien, porque a pesar de todo lo malo que me has hecho, no te odio, al menos no tanto como tú a mí-
-Ese es el jodido problema Blossom, yo ni si quiera te odio, y ya no sé cómo sentirme con respecto a ti... solo vete... lo jodi... lo jodi...-
Ella me miro directamente a los ojos desde el espejo, la lástima que emanaba su mirada era enferma, pero la merecía, no podía tener nada mas de ella que eso.
Esa noche no dormí y para la fecha de la premiación, la vi caminar con Delmar de la mano, al parecer se casaron justo después de la final, menos de tres años le costó dejarme atrás, no existía nada en el mundo que pudiera hacer para separarlos, nada que me pudiera llevar a hacer que ella me amara de nuevo.
La manera en la que se miraban me dolía, la manera en la que entrelazaban sus manos entre la gente. No se suponía que sería así.
Pero ahí estaba, brillando de la mano de alguien más, teniendo todo lo que yo solo pude soñar con tener.
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Un Juego Perdido
Teen FictionBlossom tenia todo, un marido, una carrera y un mundo por conquistar, al menos eso creía. un buen día descubre que su marido no era tan suyo y su carrera venia en picada y en la necesidad de no morir en el intento de salir a flote termina en el ult...