Capítulo 78

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Golpe sobre golpe se sembró en el cuerpo estático de Rachel. Los pocos segundos de distracción en la vieja Bestia fueron aprovechados por Juliana quien no dejó descansar un momento a su rival propinado cientos de jabs hasta lograr arrinconar a Rachel contra una pared cercana. —Esta es mi evolución del Shoulder Roll. Y con ella voy a acabar contigo de una vez por todas.

La conocida postura del Shoulder Roll, que tantas veces Juliana había utilizado había sufrido un cambió bastante notorio. El brazo izquierdo que se mantenía flexionado para lanzar veloces jabs, ahora estaba completamente estirado hacia abajo para volver sus puñetazos en golpes tan veloces cómo impredecibles. A esta nueva forma de boxeo se le conocía como El Estilo Hitman. Los puños impredecibles de Juliana habían dejado grandes heridas en el rostro de Rachel quien se deleitaba por ver el gran potencial que la campeona demostraba tener. —"Enserio que eres una peladora muy versátil, admito que tienes lo necesario para sostener ese cinturón... Pero está pelea ya se acabó." —Con un rápido movimiento la mano la mujer golpeó el mentón de Juliana en un monstruoso Upper cut fue el final perfecto que frenó al Estilo Hitman.

Tan solo fueron un par de segundos en los que Juliana detuvo sus golpes, ese golpe a la mandíbula, tan preciso en impactar las cicatrices de su fractura que volvieron su boca en una cascada carmesí. —Esta absurda pelea ya terminó... —Los puños de Juliana continuaron moviéndose con la misma velocidad que antes, pero algo fue notorio tanto para Rachel como para Alejandra quien corrió a abrazar la espalda de Julia para frenarla. —"¡Maldita! Entonces de eso se trata toda esta mierda." —La claridad invadió a Rachel cuando se percató de lo que sucedía.

Ese último puñetazo al mentón fue capaz de dejar a la campeona inconsistencias, sin embargo, no fue capaz de extinguir su espíritu de lucha ni su voluntad.

Resistir pese a la adversidad, golpear aún cuando su mente se había rendido y seguir peleando aún cuando su cuerpo se estuviera desquebrajado. Esa era la verdadera fortaleza en Julia. —Julia, por favor despierta. Soy yo, soy Ale. —Alejandra logró parar el avance de su amiga para que poco a poco la razón fuera regresando a la campeona siendo lo primero que vio: La espalda de Rachel cuando está última se marchaba del campo de batalla. Una gran rabia e impotencia la invadió así como un gran orgullo y emoción por haber demostrado su fortaleza que en conjunto al inmenso dolor que su roja boca le daba hicieron que una lágrima resbalara por su mejilla. —Todo está bien Julia, demostraste lo que vales... Ven, te llevaré al doctor.

—No tan rápido, parece que hoy te tocó perder, niña. —El terror invadió a Alejandra, frente a ella permanecía estática la figura imponente y oscurecida de una pistola apuntando en su dirección y a la de Julia. —¡Espera, no! ¡AYUDA!

Mientras el miedo invadía al centro de la alameda; en las periferias del parque mientras Rachel se alejaba, una voz conocida le lanzó un regaño a la antigua peladora. —A veces creo que hay personas que nunca van a cambiar. Tú eres prueba de eso. —Ray giró la cara en dirección a un árbol cercano viendo en el al hombre que la subió a los cuadrilateros en primer lugar. Simón había vuelto a la alameda para entregar la mochila de Juliana y sin embargo se detuvo de interferir en el combate callejero. —Esa mocosa empezó, yo solamente le seguí el juego y le mostré lo lejos que está de ser igual a mí. —Simón negó los hechos con la cabeza mientras permanecía en silencio, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para regañar a esa niña que vió crecer. —No tienes que decirme nada, después de todo tú me echaste del gimnasio. Así que, ¿Por qué no vas a ver esa copia barata de mí...? —La arrogancia con la que Rachel se manejaba fue frenada en seco por el viejo.

—Te equivocas, no tienes ni la menor idea acerca de esa muchacha. Es cierto que es una chica testaruda que está obsesionada con la victoria, pero eso es común entre campeones. Cuándo Julia llegó a mi gimnasio lo hizo con la intención de volverse fuerte para derrotarte, y me tomó mucho tiempo hacerle ver que esa no era una meta real. Con cada pelea ella se dió cuenta de lo verdaderamente importante: Ella misma. Ahora que Julia es campeona y puedo ver todo lo que ha crecido que me doy cuenta de los errores que cometí contigo pensando que tú talento bastaba para convertirte en una buena boxeadora; ahora puedo decir con toda seguridad que Juliana es mejor boxeadora de lo que tú llegaste a ser... Pero no tiene caso regañarte ahora que arruinaste tu carrera, vive tu vida Rachel e intenta enmendar tus errores; quizás así algún día el mundo te perdone y más importante, tu misma puedas perdonarte.

El viejo Simón se quitó un gran peso sobre sus hombros y caminó en dónde vería a su alumna y asistente, quedando atónito ante la presencia de un sujeto desconocido empuñando un arma en dirección a Julia; El entrenador no pensó con claridad, cegado por el deseo de protegerlas a toda costa, Simón se abalanzó contra el atacante iniciando un forcejeo por el arma. —¿Qué crees que haces anciano? —Gritó el hombre intentando escapar del forcejeo solo para recibir un gancho al mentón que lo hizo retroceder. —No dejaré que las lastimes, sí quieres hacerles algo tendrás que matarme primero. Pese a su avanzada edad, el hombre alguna vez fue campeón del Distrito 13 mantuvo a raya al delincuente a punta de golpes contundentes; sin embargo, la edad y el cansancio terminaron por pasarle factura y fue arrojado al suelo de un golpe del arma del secuaz de Mark.

—Anciano, ahí es donde perteneces. Ahora quédate en el suelo y no te levantes. —El cañón volvió a posicionarse delante de la inconsciente Juliana Mondi. —Esto se terminó; por cierto, Mark te envía saludos.

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⏰ Última actualización: Jun 07 ⏰

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