Cartas a mi patito | Rubckity

Evil.

Serví dos tazas de café cargado. Debía mantenerme despierto a como diera lugar. Rubén, por su parte, estaba atento a verme, era como si no nos hubiéramos visto en años, pero apenas habían pasado 2 semanas y media desde que me había ido de casa. Al final habló.

La hermandad oscura había sido una especie de organización conformada inicialmente por Willy y Fargan. Ambos iban por el pueblo de Karmaland sembrando el caos y la destrucción, poniendo minas y asustando gente a su paso. Eran criminales buscados, hasta que un día desaparecieron. 

Antes de eso, Rubén tuvo el placer de conocerlos y verlos. Los admiraba, por cómo hacían el mal, por cada explosión y zanja que cavaban a su paso. Era para él su sueño más grande pertenecer a algo tan malvado como eso, así que empezó a seguirles el ritmo para que lo notaran. Buscaba ser parte de la hermandad y hacía sus méritos para lograrlo. Un día, al fin lo notaron, lo vieron, y decidieron que iban a reclutarlo en la organización.

Durante muchos meses estuvieron trabajando juntos, siendo un grupo prácticamente inalcanzable. Todo se fue a la mierda cuando un nuevo tipo llegó a la ciudad: Lobo nocturno (Rubén dijo que se pronunciaba como "noctugno", pero cositas). El chiste es que ese tipo empezó a frustrarles muchos planes, tratando de averiguar quiénes eran los miembros de la organización, ya que al usar túnicas negras y máscaras no podía reconocer sus identidades. Era muy insistente, por lo que al final Willy y Fargan intentaron reclutarlo, pero claramente ese tipo no quería ser parte de ello. Sólo vigilaba los pasos de Rubén, porque sospechaba que algo tenía que ver con esos criminales. Al final era cierto, y lobo "noctugno" lo había descubierto.

Escribiré la segunda parte en otra carta.

Cariños:

Rubius (tu osito)