Está es solo una pequeña escena que quería escribir porque me pareció muy tierna.
Abro la puerta y recibo a mi mejor amiga con un abrazo, veo a James en el elevador y se que venía peleando con Jaz.
—¿Y tu amado esposo?
—En su casita, viene por la noche a cenar, y quiero hacerle una cena especial, pero no tengo idea de que. Además... es el último día que estamos como esposos, para mañana por la mañana seremos desconocidos nuevamente.
—¿Y qué vas a preparar?
—Por eso te traje, se que le gusta la comida Italiana, pero yo no sé cocinar.
—Linda, pide la comida por internet, tú y yo preparamos los cócteles y listo, me voy antes de que llegue —me golpea el trasero pasando por mi lado. Viene de un muy buen humor.
—¿Y a ti que te paso?¿Por qué estás tan feliz? —me guiña un ojo sacando las botellas de alcohol de mi alacena.
—Alguien perdio su vuelo por el tráfico, me hizo que sacara el carro del camino porque estaba harto del centro de la ciudad, salimos, conducimos hasta que llegamos a donde no había nadie, las cosas se subieron de tono y quedamos de vernos cuando vaya a españa, para repetir —abro mis ojos lo más que puedo por cada palabra que sale de su boca—. Fue tan bueno que me dejó de un buen humor incluso días después.
Susurró un "Wow" cuando termina con una enorme sonrisa y un brillo en los ojos.
—Pero no te quedas atrás, ya me contó James que llegaste hasta el día siguiente a medio día y con su ropa de él.
—Que chismosos —voy hacia la puerta para llamar a nuestro amigo—. ¿Ya le contaste a Jaz que te besaste con el vecino de Gian ayer que tuvieron una cita?
—Maldito —mi mejor amiga me deja la copa en la que se había servido y sale corriendo de mi piso.
Me tiró de espaldas a mi sofá esperando que ella regrese, pasan como cinco minutos y no regresa, pero en ese momento suena la bocina con la que siempre hablo con James esperando ser atendida, camino hasta allá terminando de beber la bebida de Jaz.
—Soph, abre la puerta lentamente y no te muevas, si escucho un ruido extraño enviaré a los de seguridad, ¿entendido?
Arrugo mi entrecejo mientras hago exactamente lo que me pide, me mantengo al lado de la puerta inmóvil, escucho el ascensor ser abierto pero no me muevo.
Gian se para frente a mí con una maleta en una mano y un ramo de flores en la otra, me sonríe enormemente y yo siento que me da un tic en el ojo por no saber qué hacer.
—¡Los esposos viven juntos! —abre su brazos esperando a que corra a abrazarlo.
—Puta madre —pudo hacerlo ayer, pero lo hace hoy cuando ya estoy completamente mentalizada a no saber nada más de él.
—Soph, sin agresiones, ¿okay? —La voz de James me saca de mis casillas. Corto esa comunicación y dejo pasar a mi pareja.
—Si lloras mató a los peces —me lanzó sobre la espalda de Gian abrazandolo por el cuello pretendiendo que lo ahorcó.
—Cyn, no —suelta una carcajada que es apagada cuando muerdo fuertemente su cuello.
—Te dije que mi espacio personal no se tocaba —se lanza con cuidado de espaldas en el sofá donde anteriormente estaba acostada.
Toma mis manos y luego se da la vuelta estirando mis brazos hacia arriba.
—Ese dejó de existir el día que me permitiste poner ese anillo en tu dedo —se agacha y me intenta besar pero yo como puedo me escabullo y caigo del sofá dejándolo a él ahí.
Me subo a su espalda pero a él le da igual que yo esté ahí y se da la vuelta casi tirándome al piso de nuevo, pongo mis manos alrededor de su cuello para molestarlo pero de inmediato se que trama algo. Suelta un gemido fingido y muy alto que me hace pegarle una cachetada inconscientemente, luce sorprendido pero divertido a la vez.
—No, no, no, perdón —mientras hago que le voy a besar la mejilla le golpeo la otra mejilla y después en medio de una carcajada alejó mi cara de la suya.
—¿Te parece gracioso? —asiento solo una vez y no lo puedo hacer más porque me toma de la cintura lanzándome a la otra orilla—. El que llegue primero a la cama se queda con ella.
Salgo corriendo pero antes de lograr entrar a mi habitación él ya cubre la puerta, corró hacia mi estudio de maquillaje aunque se que es un caso perdido porque de ninguna manera me dejaría entrar a mi habitación. A menos que...
Corró al armario qué es justo a la mitad, dejó caer un puño de zapatos haciendo un ruido enorme y luego gritó, me escondo detrás de la puerta esperando a que venga a buscar qué ha pasado, no me equivoco cuando en cuestión de segundos entra corriendo a esa habitación.
Voy directo hacia mi cama tirándome abarcando todo el espacio que puedo, escucho su risa sarcástica desde el pasillo y cubro mi cara con una almohada.
—Qué tramposa eres Cynthia.
—Eso no fue trampa, solo una distracción —se recuesta igual en mi cama poniendo su cabeza sobre mi hombro.
—¿Lista para mañana?
—Sinceramente no, creo que te voy a extrañar mucho.
—¿Lo admites?
Lo ignoro completamente mientras me levanto para besarlo, pero no lo beso como los personajes que somos, lo beso como quien soy ahora por él, lo beso como a la chica que le gusta, como la que se encariño de su amor a pesar que no fuera real, lo beso con el sentimiento de querer a alguien que no debía querer, lo beso como lo que es, alguien imposible que sea para mi.
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Imposible que sea para mi
عاطفيةUn trato, un acuerdo, una alianza o quizá un convenio, no importa. Lo que Gian y Sophia tienen es una relación, aunque debajo de todas esas reglas saben que no es así. Ambos quieren pareja, ambos están solos, y ninguno sabe que quiere con otra perso...