17

860 86 26
                                    

La rabia recorría por el pequeño cuerpo de Beomgyu y jura que podría golpear a ese hombre si tan solo... sí, no podría jamás golpear a Yeonjun y eso lo enojaba el doble, haciendo que gruña en voz alta, soltando pequeños gritos al final. El mayor no había despegado su vista de la carretera y no pudo aguantar otro momento en silencio cuando, luego de aparcar a orillas de lo que parecía un bosque, su oscura mirada se posó sobre la de Lim, invitándolo a hablar.

—¿Estás loco? ¿que mierda pasa contigo?— Si, sus primeras palabras fueron esas. — Tus disculpas me importan una mierda, quiero ir a casa. Estoy harto de esta situación.— acomodó sus pinturas dentro de su mochila y buscó su teléfono en el bolsillo de su pantalón. Mientras Yeonjun observaba tratando de formular palabras correctas para no hacerlo entrar más en pánico. —¿Lix? ¿ya estas en tu casa? — Su molestia se hizo presente cuando escuchó aquel nombre. Así que le arrebató el teléfono de las manos y cortó. Sabiendo que solo empeoraba la situación. —Debe ser una jodida broma. Me vas a hacer enojar demasiado y voy a enviarte a chu...

—¡Basta ya, Beom!— Soltó exasperado. El menor aún respiraba agitado. — Se que arruiné todo aquella vez. Estoy poniendo de mi parte para arreglarlo porque te quiero aquí conmigo.—Hubo un silencio ensordecedor, el mayor temió revelar demasiado. Pero si se iba a arruinar, ¿que mas daba? Lo haría por completo entonces. —No se relacionarme con muchas personas. Solo hablo diariamente con mi primo y mi hermana, mis amigos son bienvenidos en mi hogar solo en emergencias y está perfecto para ellos. Entienden que detesto hablar. No quiero que más personas entren en mi vida porque soy grosero, malhumorado y de pocas palabras. No sé como cambiar esto. Pero aún así me gusta hablar contigo; eres listo, te adaptas a cada conversación que entablamos y-y, no lo sé... nunca me presionas o no me siento así contigo. Por esa razón te quiero conmigo.— No iba a llorar porque estuviera confesando como sonaba el lío en su cabeza a un chico de dieciocho años, que le llevaba veintiún años y le gustaba. Solo se esforzaría por conseguir su perdón. —Lamento haber dicho que me molestabas. No lo haces; eres la única persona que no lo hace y quiero hablar contigo siempre y protegerte, cumplir tus caprichos, tocarte y... y haces esa cosa con la nariz cuando te enojas que me provoca una especie de acidez agradable.— A este punto Beomgyu tenía los ojos rojos, no sabía si de rabia o por lágrimas, pero brillaban como si le hubieran echado algún polvo en ellos.

Yeonjun sabía que su voz se entrecortaba, porque se sentía extraño, no era una sensación de tristeza. Todo era tan raro para Yeonjun.

—Así que sí quieres huír de mí voy a entender tu punto y desapareceré. No sabrás de mí ni siquiera por Yiren. La mayoría de las personas buscan atenciones que no puedo ofrecer y estoy bastante conforme con mi vida.— La sola idea de que Yeonjun no esté más en su vida le hizo querer llorar. Estaba enojado, pero eso no significaba que lo quería lejos. —Pero debes decir la palabra.— Sus miradas no se alejaban ni por un segundo del otro. Sintiendo cómo las ganas de devorarse, abrazarse o solo mimarse los recorría pero no podían hacer el primer movimiento por alguna razon. —De lo contrario no te dejaré ir. Estaré siempre donde estés aunque no me veas. Siempre sabré de tí y te protegeré...

Pasaron mas de dos minutos en completo silencio, hasta que Beomgyu apartó su mirada, con los ojos llenos de lágrimas; se colocó el cinturón de seguridad y acomodó su mochila entre sus piernas.

—T-tengo hambre...— No pudo decirle la frase completa porque Yeonjun lo había envuelto en sus brazos con fuerza y él soltaba sus lagrimas en silencio y con pucheros. Lo extrañaba y amaba su olor. No quiso aceptarlo, la diferencia de edad era demasiada y Yeonjun podía darle una patada en el trasero cuando quisiera. Pero oh, cómo le gustaba aquel hombre. Amaba sentir aquel fuerte pecho contra su rostro sin importar tanto el contexto. Se abrazó también a él, dejando de lado su orgullo, permitiéndose reír internamente por lo dócil que era ante Yeonjun y su suave forma de tratarlo.

𝙜𝙮𝙪 | 𝙮𝙚𝙤𝙣𝙜𝙮𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora