𝙜𝙮𝙪 | 𝙮𝙚𝙤𝙣𝙜𝙮𝙪

26

Día de graduación, todos en casa se movían de un lado a otro, estaban sus primas, tíos y tías, (por supuesto Yiren) y él encerrado en su habitación, sabiendo que este día estaba lejos de ser uno feliz o emocionante. La culpa y ansiedad le impidieron dormir, así que tuvo que fingir nervios y felicidad por el momento que se acercaba. No había comido casi nada y Yeonjun le escribía como normalmente lo hacían, contándole su día y cosas triviales; en su chat grupal con sus amigos no dejaban de llegar mensajes, los chicos se estaban arreglando y pedían sugerencias sobre peinados o corbatines.

Amor, ¿entonces tu traje será blanco?

Sip, y mi corbatín negro.

Eso está bien, en ese caso iremos algo combinados

Yeonjun le hablaba como siempre, le mandaba fotos y videos de él o de lo que hacía pero no podía fingir que todo estaba bien, dios, sentía que no respiraba. Alguien tocó su puerta, pidiendo permiso para entrar, en cuanto dio autorización, su padre se asomó lentamente, viéndose demasiado guapo con su vestimenta semi-formal y su cabello peinado hacia atrás; papá era apuesto.

- Hola, chico... ¿Cómo estas para hoy?.- Se acercó sigilosamente hasta sentarse en su cama, sabía que quería hablar porque ya lo había notado algo diferente.

-¿Hum? Estoy bien... nervioso, asustado.- El hombre mayor lo miró a los ojos, mostrándose calmado y comprensivo. Él también se sintió se esa forma al graduarse.

-Hijo, sentir miedo o incertidumbre es normal al cerrar etapas. Mamá y yo te amamos y entendemos que te sientas un poco cansado o nervioso. - La respiración tranquila y regular del hombre lo hacían sentir que nada podría ser tan grave como para que lo juzgue. - Ese sueño sigue en tu mente ¿no?

Luego de que los chicos se fueran de casa, le contó a su padre como se sentía y lo que habia soñado durante la noche. No mencionó nada sobre los sentimientos de Felix o algo similar. Simplemente se enfocó en él. En cuanto a su amigo, cumplió su promesa de no actuar diferente por sus sentimientos confirmados, simplemente siguieron hablándose como normalmente lo hacen, ignorando Beomgyu la culpa que crecía en su corazón por no poder corresponder sus sentimientos.

Asintió despacio, admitiendo la realidad. No podía dejar de repetir una y otra vez el sueño en su mente, pensar en que pudo haber pasado si Lee no lo despertaba; si ese sueño se volvía realidad ¿Qué haría sin su padres?

-No se que pasa conmigo... sé que esos no eran ustedes pero no dejo de imaginar cosas horribles. - Cubría sus ojos con las palmas de sus manos y suspiraba con pesar.

-Me tranquiliza pensar en que sabes que esos no somos nosotros. Porque te amamos y no hay tal cosa como sentirnos decepcionados de ti. Mamá es complicada con las palabras pero sabes que te ha estado mimando con comida todos estos días. - Sentir las caricias cálidas que recibía en su cabello lo tranquilizaba bastante.

-Gracias, Pa. Me pone feliz cuando me recuerdas cosas lindas. - Rió mientras arrugaba su nariz pequeña, haciendo que su progenitor riera con ternura, sin poder contenerse de pellizcar su mejilla.

- Es mi deber.- El hombre se puso de pie, acomodando su elegante atuendo. Era bastante descontracturado con la vestimenta todo el tiempo, siempre tenía su toque diferente, contrario a su madre; ella siempre iba con sus trajes o camisas, peinados recogidos y maquillaje modesto. - Ya es hora, vamos, los chicos nos esperan.- Salió de su habitación cerrando la puerta a sus espaldas casi sin hacer ruido y lo dejó allí, olvidando una vez más el discurso que había preparado para Yeonjun. Definitivamente jamás olvidaría aquel horrible día.

A medida que la hora y las calles lo acercaban más a su institución, las manos le sudaban y el corazón no dejaba de parecer en pausa, haciéndole faltar la respiración. Sus primas cantaban las canciones en la radio y sus padres reían. En el auto que venía pegado a ellos, estaban sus tíos y tías restantes, quienes seguro también tenían un bullicio como en su auto. Llegar al establecimiento y que su teléfono no dejara de vibrar, le hacía saber que estaba lejos de vivir en un sueño y que el momento en que aleje lo más lindo que le ha pasado en su vida romántica se acercaba sin piedad.