𝙜𝙮𝙪 | 𝙮𝙚𝙤𝙣𝙜𝙮𝙪

22

Beomgyu, una vez más, pasaba sus tardes lluviosas con papá. Veían alguna que otra película o documental en lo que mamá llegaba y podían tomar algo en la media tarde. Generalmente su padre llegaba primero a casa, luego su madre y al final él, pero hoy salió antes y decidió llegar y esperarlo. No se había olvidado de ellos en este tiempo y su padre podría sospechar de inmediato que algo no anda bien.

-Iré por agua.- Le dijo que no detuviera la película, pero que, en cambio, subiera el volumen para oír atento si algo nuevo pasaba.

-¿Me traerías un vaso también?- En cuanto dijo aquella frase, el timbre rompió su tranquila atmósfera y ambos elevaron la cabeza en dirección a la puerta. -Voy.

Al abrir encontró a un chico como de su edad, algo serio y con mirada desinteresada.

-¿Lim Beomgyu?

-Soy yo.- El joven le extendió el paquete y se inclinó en reverencia, luego se dió la vuelta y caminó apresurado hasta su camioneta.

¿Un paquete para él? ¿De quién? Yeonjun jamás le envía nada a casa, Niki no lo haría porque no tienen ese tipo de relación y Hyuka básicamente es su hermano. No hay sorpresas entre ellos. Su nombre y dirección estaba claramente escritos y la caja era de color marrón, pequeña, un poco larga.

-¿Que es?- La voz de su padre hizo que el cerebro le trabaje a mil por hora, formulando una respuesta razonable.

-Pa... me asustaste. -Rió y volvió su mirada al paquete, fingiendo calma. -Creo que son un par de materiales que pedí para un proyecto... del profesor d-de ciencias.

La duda no lo dejó ver los siguientes dos capítulos en paz luego de dejar la caja en su habitación. No entendía de quién podría ser aquel paquete y no quería manifestar cosas malas. Cree demasiado en cosa de destino y energías, así que le prohibió a su cabeza pensar demasiado en ello.

Luego de merendar, les anunció a sus padres que debía adelantar varias tareas, lo cual no era una mentira del todo y subió sin más preguntas por parte de ambos. Corrió cuando estuvo fuera del campo de visión de los adultos y cerró su puerta despacio casi sin hacer sonido, para que no sospecharan que ocultaba algo. Al caminar hacia su cama, divisó la caja y la abrió con cuidado, notando que no pesaba nada, quizás traía una prenda o se trataba de alguna nota o invitación.

Sus dudas se hicieron aún más presentes cuando sacó un sobre blanco, de una hoja tan gruesa que parecía cartón y decía un claro "Lim Beomgyu". Al abrirlo, encontró numerosas fotos impresas, podía decir que eran unas veinte o más. Todas se trataban de él y Yeonjun; caminando, besándose, viendo algo en la televisión, en el auto. Recordaba tan claramente la tranquilidad de cada momento y sus ojos se llenaron de lágrimas, pensando únicamente en algo: Yeonjun estaba en problemas.

Oh por dios, Yeonjun estaba jodido. Él no era importante. A lo sumo sus padres podrán castigarlo de por vida y prohibirle muchas cosas, tenía una vida por delante, pero ¿Yeonjun? Su familia, su empresa, su reputación. Todo estaba perdido. Su respiración era errática y no sabía que decir o hacer, temía tanto. Soobin sería arrastrado con su primo y en ello caería Hyuka. Estaba todo arruinado.

Vio cada una de las fotos casi cinco veces y no podía creer no haber sentido ni siquiera una mirada sobre ellos. Había sido tan descuidado. Buscó en el sobre algún mensaje o carta, alguna tarjeta. Algo. Lo único que encontró fue una hoja publicitaria de un café bastante conocido y letras escritas por una pluma detrás.

"Si no quieres que la prensa se haga un festín con estas fotos, ven en dos días, luego de tus clases.

Sin amigos, sin familiares y no le digas a tu amante."