Bölüm IX

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Palacio de Topkapi
Estambul, 1601

El joven Iskender estaba terminando de recoger sus pertenencias ya qué los guardias del Sultán lo esperaban a fuera, y mientras recogía estaba muy nervioso, ahora si que era mucha casualidad encontrarse con una joven parecida a la sultana Kosem y que el Sultán que gobierne sea Ahmed tal como en su sueño, esto no podía pasar.

Iskender: (Y si todo fue una visión, mi vida en el palacio será un infierno, pero si mal no recuerdo en el sueño yo iba hacer trasladado a otra base en otra provincia, luego regresaría y me convertiría en el haso dabashi para luego ser el juguete de Ahmed, tal ves todo es una coincidencia muy grande, no debo prestarle mucha atención)
Recluta: Iskender...
Recluta: ¡Iskender!

Iskender estaba tan sumido en sus pensamientos que no oyó cuando entró su compañero y más aún que este le hablaba.

Recluta: ¡ISKENDER!
Iskender: ¿Ah, que?
Recluta: Pero en que mundo estás muchacho... Te vengo llamando como dos veces y es que como que no estuvieras aquí.
Iskender: Lo siento mucho Murad, es que estaba pensando en el sueño y las muchas coincidencias.
Murad: Tranquilo, ahora por lo que deberías preocuparte es por estar bien en el palacio, eso de ser educado por el sultán es muy aterrador, he escuchado que a pesar de ser muy joven tiene un temperamento fuerte, además de que ha sido el primer Sultán en no matar a su hermano.
Iskender: Bueno eso no lo veo mal, siempre hay un primero que pueda cambiar las cosas, además eso del fraticidio es muy cruel, el príncipe apenas es un niño de cuatro años, no tiene la malicia para querer dañar.
Murad: Bueno si tu lo dices, te llamaba en primer lugar porque ya tienes que irte... Te deseo mucha suerte mi querido amigo y si Allah lo permite reencontrarnos de nuevo en mejores circunstancias, cuídate mucho y obedece al Sultán Ahmed sin rechistar para que no te mate.
Iskender: Te voy a extrañar Murad, eres mi único amigo en este imperio y la persona que más me ayudo desde que fui reclutado, yo también espero reencontrarme contigo y tranquilo, seguiré tus consejos... Ahora me tengo que ir, adiós.

Y así fue como ellos se abrazaron e Iskender se encontró afuera con el guardia que lo llevaría a su nuevo "hogar"...

En el camino al palacio Iskender recordaba su infancia, el nombre que le pusieron sus padres adoptivos... "Alexander", ¿los extrañaba?... si, pero también tenía mucha curiosidad conocer a su familia biológica.
También recordó a Anastasia, se preguntaba si ella también habrá sido enviada al harem otomano o sería vendida como esclava a algún Pasha. (Ojalá la pudiera volver a verla) , Deseaba el castaño.
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Un rato después el carruaje paró y alguien abrió la puerta para que bajara.
Empezó a sentirse nervioso y asustado.
Los guardias que estaban parados afuera abrieron la puerta y el entró, y claramente sintió un ambiente muy pesado dentro del palacio.
Mientras caminaba, una clase sirviente, lo dirigía a una ubicación desconocida para él, tal vez lo llevaba ante su majestad.
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Después de unos minutos habían parado al frente de una gran puerta con dos hombres parados afuera, uno de ellos entró y luego de varios minutos salió.

Aga: Adelante, nuestro Sultán lo espera.
Iskender: ¿E-el Su-sultán?
Aga: Así es, no haga esperar a su majestad y entre por favor.
Iskender: Gracias...

Iskender suspiro y empezó a entrar por la gran puerta abierta, luego de pasar se encontró con el joven Sultán de espalda, el no tuvo de otra que bajar la cabeza y pronunciar unas palabras.

Iskender: Su-u m-majestad...

Ahmed al escuchar esas palabras con ese tono sonrió y empezó a girar hasta ver a un Iskender con la cabeza baja, así caminando hacia él.

Ahmed: Iskender por qué estás tan asustado si ya te dije que no habría ejecución.

Ahmed tomó el mentón del más pequeño e hizo que las miradas de ambos se encontraran.

Iskender: Mi señor, es solo que igual tengo miedo por haber faltado el respeto tantas veces a su majestad, no merezco su perdon y misericordia.
Ahmed: Solo yo decido si tengo misericordia, te quiero para mi solo, vas hacer educado por mi, y cumplirás todos mis deseos... Porque, desde ahora Iskender, tu vida, tu cuerpo y amor me pertenecen solo a mí, oíste Iskender.
Iskender: Si majestad, desde ahora usted rige mi vida...

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En otro lado del palacio, una joven niña había llegado al palacio otomano, cuando empezó a bajar del carruaje se dio cuenta que la cubrían unas telas rojas alrededor y los guardias estaban volteados, como si nadie estuviera permitido a verla, es algo que le incómodo mucho.
Pero un hombre se le acerco.

Reyhanaga: Tu debes ser la nueva concubina de su majestad.

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Continuará
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~Félix Koslever~
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~⚜~Mi amor, mi sultán~⚜~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora