cuatro

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Hassan estaba bañándose en perfume antes de abandonar la habitación, era el mejor y más caro que tenía hasta ese momento, cuando lo tenía puesto encima casualmente siempre era halagado o le pasaba alguna cosa extraordinaria, lo utilizaba en ocasiones especiales ya que también lo hacía sentir muy seguro, vestía todo el cuerpo con prendas negras y unos lentes obscuros para las luces del lugar, una pulsera cartier a la par de un reloj con brillantes descansaba en su mano, estaba muy nervioso ya que era la primera peda que compartiría con Luna, ellos apenas tenían un par de días conociéndose pero para el castaño eran suficientes para sentir esa atracción genuina y algún sentimiento más serio, mismo sentimiento que le creaba la necesidad de estar cerca de ella constantemente, estaba divagando en su propia cabeza cuando alguien llamó a su puerta, por fin era momento de salir, tomó su celular de la mesita de noche y lo desconectó del cargador, después caminó hasta la puerta para abrirla, Nata quién estaba tras ella le sonrió.

—Ya vámonos pa, nos están esperando—Le dijo tomándolo por el hombro, el chico cerró la puerta en su espalda y siguió a su amigo por los pasillos.

Subieron al coche cautelosamente por la puerta de atrás del hotel ya que había una gran cantidad de fans esperando al frente, Hassan pensaba que muy seguramente identificaron el lugar por las stories de Nata, las muchachas no los acompañaban, habían salido mucho antes para comenzar a recibir a la gente que ya llegaba.

—¿Cómo te cae la Luna?—Le preguntó Nata de la nada, parecía una pregunta para introducir lo que en verdad quería decir.

—Pues al vergazo, se me hace una morra buena onda y muy guapa—Admitió no muy seguro, no sabía a qué iba la pregunta—¿Por qué we?—

—Es qué... No nada pa, nomas—Dijo arrepintiéndose de lo que estaba apunto de contarle

—Pinche vatillo raro—Se rió, Nata lo acompañó al instante.

—Oye la Valeria anda atrás de ti, te van a meter a la cárcel a la verga—Agregó el antes mencionado mientras prendía un gallo, el guerito negó con la cabeza.

—Que rollo contigo we, la Valeria tiene 18, aparte la neta es que no me llama ni poquito la atención, me la hizo de pedo en la comida, no gracias—El mayor le extendió el cigarrillo.

—¿Fue por la Luna verdad? Es qué así es Valeria de cagapalo, siempre está chingando para tener atención, te vas a acostumbrar—Hassan rendido dió una calada al gallo y volteó hacia la ventana, Tijuana era muy bonito de noche.

Luna estaba sentada en una mesa dentro del antro muriéndose de sueño, casi siempre le daba sueño cuando no tenía mucho que hacer y por eso prefería estar ocupada, tenía un rato revisando su celular esperando que algo pasara pero aún no había rastro de Hassan y gracias a dios mucho menos de Óscar, en un momento de energía sé levantó y comenzó a caminar hasta la barra, casi no tomaba pero esa noche de introspección personal lo ameritaba, pidió algunos shots y una paloma para ella sola, se estaba sentando para comenzar con su borrachera cuando una mano le tocó la espalda.

—¡Hey qué rollo!—La saludó Junior extendiendo los brazos, ella lo abrazó y le dio un beso en la mejilla casi al instante de verlo—¿Y el Nata?—Dijo cerca de su oreja, la música estaba demasiado alta y como el antro no fue completamente cerrado para el evento había mucha gente gritando en el fondo.

—Todavía no llega pero ya está en camino—No pudo escuchar lo que dijo Junior pero leyó de sus labios un "Ah, sale".

Los invitados por Nata llegaron poco a poco y muy lejos de la hora citada como buenos mexicanos, ella los recibía en la zona apartada con una sonrisa entre los labios, le agradaba el ambiente aunque no conociera a la mayoría, continuó bebiendo y bailando con Junior y Gabito, Valeria no aparecía por ninguna parte.

Por las noches - Hassan Laija (Peso Pluma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora