23. ¿Quien es Fénix?

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El agua nivelada a una temperatura cálida caía sobre la espalda de Garriet. El holandés tenia a First de frente a la pared. Con una de sus manos torturaba uno de los pezones, mientras con la otra mantenía en lo alto el muslo derecho.

Indefenso, tambaleante y en una posición algo incomoda, First solo podía tratar de tomar el aire suficiente para no perder la fuerza en su cuerpo por el placer y el esfuerzo de mantenerse en un solo pie. Su espalda algo curveada hacia atrás recibía con gran sumisión la extremidad de carne del holandés.

- eres tan ardiente - susurro Garriet sobre el odio de su amante - tan estrecho como nuestra primera vez.

Debido a los intensos golpes en su interior, First solo podía suspirar en cada empuje. Solo Garriet sabia donde dar para que sus únicas palabras fueran cortos monosílabos de placer.

Sin descanso, Garriet movía su cadera con fuerza y rapidez para meter cada vez más su virilidad en la apretada entrada de su amante. En ocasiones repartía besos cortos sobre la espalda bebiendo al mismo tiempo las gotas de agua que recorrían cada tramo de la suave piel ajena.

- Ga-Garri-et... - no había música más magistral para el extranjero que los gemidos del hombre de ojos miel.

Eran tan inusual y único ver a First en un estado de entrega total que se sentía halagado y dichoso al saber que era la única persona en que el británico le permitía tenerlo así, abierto, dispuesto y sin queja alguna de ponerlo en la posición que imaginara siempre y cuando le proporcionara placer.

- ya casi ter-terminas, ¿no es así? - soltó con burla.

- ca-calla-llate - respondió con dificultad el de ojos miel.

La única extremidad inferir que sostenía a First al suelo, temblaba por el esfuerzo y los calambres de placer que lo recorrían por completo. Su cadera ya dolía por la dificultad que era el estar inclinadas para recibir el enorme pedazo de carne que destrozaba su interior.

- córrete para mí - soltó Garriet ante una feroz arremetida.

First volvió sus manos en puños contra los azulejos al sentir el intenso orgasmo golpearlo.

- ¡ahhhh!... ¡Caliente! ... - gimió al sentir su entrada llena de un líquido espeso.

Fatigado, First se dejó caer a las baldosas húmedas. Quedando en medio del chorro todavia abierto, todo su cuerpo se fue lavando de los restos de su encuentro.

- ¿quieres volver a tentarme? - el holandés miraba con gran deseo la piel blanca, humeda y marcada por sus besos y caricias. Además, el rubor en las mejillas por la acción reciente, hacia ver aún más apetecible a su amante - tenemos tanto que recordar, ¿no te parece? - tomando sin dificultad a su compañero, Garriet tomo a First entre sus brazos.

- ¡bájame en este instante! - dijo avergonzado, mientras intentaba liberarse.

Divertido por las reacciones de su amante, Garriet ignoro las quejas y salió hacia el cuarto dejando sobre la cama a First tomando sus muñecas con una sola mano y con la otra sujeto con firmeza la barbilla.

- Me encantas cuando eres así, difícil de domar

Lleno de pasión, Garriet beso los labios rojos de su amante. El sonido de las lenguas chocar en una guerra donde ninguno quería dejarse ganar. La piel volvía a calentarse, el deseo regresaba con mayor fuerza y First esta vez imponiendo su fuerza aprovecho el débil agarre sobre sus muñecas para poner a Garriet debajo de él.

- Seré yo quien lleve ahora el control - con un movimiento veloz, First tomo la virilidad del holandés nuevamente despierta y la introdujo en su interior.

PET II - El limite de la muerte, es la fuerza de nuestro amor -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora