Capitulo 9

18 5 4
                                    

-Eres una zorra, pague mucho dinero por ti, quería ayudarte y sacarte de esa mierda de club. Y así me lo pagas. Te vas a arrepentir de haber huido. Tu y todos tus estupidos amigos.

- No, déjalos, me iré contigo, pero por favor no les hagas daño. Hare lo que quieras.- digo llorando.

- Chicos ya sabéis que hacer -grita Massimo.

Tres hombres salen de una furgoneta negra, me agarran con fuerza y comienzan a toquetearme mientras me meten en el coche a la fuerza.

-Soltadme, soltadme- grito mientras me revuelvo.

Los hombres comienzan a arrancarme la ropa, dejándome desnuda, luego uno a uno se turnan para abusar una y otra vez de mi. No puedo parar de gritar y llorar, consiguiendo que me peguen puñetazos en las costillas y el estomago arrebatándome el aire. Cuando terminan me dejan tirada en el suelo de la furgoneta y luego salen de esta.

-Es una guarra increíble -comentan entre ellos.

No logro oír nada mas ya que me desmayo del dolor que tengo en todo el cuerpo, sobre todo en mis partes intimas.

-Despierta cielo- me dice la dulce voz de una mujer.

- ¿Dónde estoy?- digo algo mareada.

-El señor te trajo hace tres días, llevas dormida desde entonces, soy Anna una de las asistentas de la casa. Te he estado cuidando estos días.

Analizo a la mujer, es mayor, de unos 65 años, lleva el su dorado pelo recogido en un moño impecable. Me extiende la mano y me ayuda a levantarme, siento un dolor horrible en todo el cuerpo casi no puedo moverme. Es tanto el dolor que siento que no había reparado en la habitación en la que me encontraba. Era muy grande, tenia un vestidor lleno de de ropa y zapatos, estaba decorada en tonos azules y blancos.

-Debes de estar muy dolorida, tienes las costillas rotas. Te ayudare a bañarte, el señor te esta esperando en su despacho para hablar contigo.- dice Anna

-No quiero hablar con el- digo.

-Es mejor que lo haga, el señora cuando esta enfadado puede llegar a ser muy.... complicado, si no puedes con tu enemigo únete a el.- dice Anna acariciándome el brazo.

No digo nada, me limito a asentir ante sus palabras, Anna me ayuda a bañarme y luego me ayuda a ponerme un vestido sencillo. Me acompaña hasta la puerta del despacho de Massimo y allí me desea suerte.

Llamo suavemente a la puerta.

-¿Puedo pasar?- digo en un susurro apenas audible.

- Rose te estaba esperando. Espero que la lección de mis hombres te haya servido de advertencia.

- Eres un monstruo- digo.

-Si, si, ya lo se, seré claro Rose te comportaras como mi mujer, me acompañaras a las cenas de negocios, a mis empresas, fiestas y te enamoraras de mi. 

- No podría enamorarme de alguien que mando a sus hombres a violarme.

-Tenias que aprender la lección, si te casas conmigo, a cambio dejare a tu estúpido novio y a tus amiguitos en paz, de lo contrario correrán la misma suerte que esa vieja avariciosa. 


Boulevard of broken dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora