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↳ Sirius no estaba enamorado. Severus si lo
estaba.
Sirius se enamoró y, en el camino lastimó a
Severus y así mismo.
Severus debe cumplir su labor como
medimago y pocionista. Sirius se ve
obligado a acompañarl...
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Sirius.
El ambiente es ameno.
Las ágiles manos de Sirius tocan el arpa con delicadeza.
Siempre fue más hábil para los instrumentos de cuerda, la guitarra es otro de los instrumentos qué domina. Regulus por su lado, es más hábil para el piano, le sale natural.
Su padre se enorgullece de las habilidades musicales de sus dos hijos.
— ¿La pasaste bien con Severus? —, la melodia se desvaneció casi de inmediato —. Los vi juntos en la fiesta, reían muy cómodos.
— Si, fue un momento agradable —, no lo negaría, aunque sabía cuál sería el rumbo qué tomaría la conversación a partir de ahí —. Pero, ¿Quién lo ha invitado? Por lo que ha comentado, no es del país.
— Es cierto, incluso a mí me tomó por sorpresa la presencia de mi querida Eileen.
— Yo los he invitado —, su padre ha dejado de leer el periódico —, he conocido a Severus hace unos meses, en el ministerio de Francia. Es un gran sanador y pocionista, un prodigio en ambos. De hecho, fue pupilo de Fleamont Potter para pociones y recibió entrenamiento del Director del hospital de Francia. Un gran heredero para la familia Prince, Oswald e Eileen deben estar orgullosos de su hijo, yo lo estaría.
Claro que lo estaría.
No importa cuantas veces digan que lo aman. Sirius sabe que sus padres siempre desearon qué él, como hijo mayor, cumpla con las expectativas qué se le impusieron.
Si, no se graduó como el mejor de su generación, el puesto se lo había llevado una hija de muggles de la cual no se tomó el tiempo de aprender el nombre. Si, había rotó ya tres compromisos con familias influyentes, en nombre del amor, y aún así no lo había encontrado.
Era un desastre.
— Entonces, Sirius, deberías intentarlo con él. Tal vez, él si sea el correcto.
— Madre, ya hablamos de este tema —, volvió a tocar la melodia —. No tengo ningún interés en ser cortejado por alguien que apenas conocí y de quien, por cierto, no estoy enamorado.
— El amor se cultiva con el tiempo, casate y enamórate luego.
— Madre, por favor —, Regulus a tomado la palabra, en su voz se nota la súplica dirigida a su madre, pidiendo que por favor, no continúe.
— No, Reggie —, su voz es firme ahora —. Dime, Sirius, ¿Hasta cuando crees que tu padre va a mantenerte?
La melodia se detuvo en seco.
¿En serio había dicho aquello?
"Qué le den."
Se levanta bruscamente y abandona el salón hecho furia, oye los llamados de su madre y eso solo logra irritarlo más.
