Una noche normal.
Geto estaba a tu lado, sin hacer ningún ruido, trabajabas en leves pinceladas.
Él, él era un maldito desesperado.
Cuando vió tu rostro, emocionado por todo lo que compró, quiso que probarás todo ahí mismo.
ー¿Te gusta?
Un lindo trazo estaba presente, ¿y si se lo tatuaba?
ーEs muy lindo.
Sonríes acercándote para besarlo.
Son tal para cuál.
ーMuchas gracias por las cosas, aunque no es tan necesario, en serio gracias.
Mencionaste apretando una vez más tus labios con los de él.
ーEres tan hermosa que creo te mereces más cosas que solo lo que te dí.
Hombre rico, solo contigo.
ーEstás loco pero, te adoro, gracias por el regalo, creo es más de lo que merezco.
ーNo, no digas eso, jamás, tu te mereces todo esto y también mi cariño, yo, lo digo en serio, eres un ángel ante mis ojos.
El brillo en sus ojos nunca mintió, su ser era tu ser ahora, él era tuyo y tú solo querías cuidarlo.
ー¿Te hago un dibujo?
ーSabes que no me puedo negar.
Ya tenía un marco para eso, igual ya tenía el cuadro que le diste en su poder, estaba colgado en su habitación. El cuadro lucía hermoso en su pared, adoraba verlo.
Comenzaste a dar leves pinceladas en un lienzo, no era tan grande, querías hacer un fondo con colores tenues.
Geto no tenía idea pero verte concentrada simplemente era maravilloso.
Sus ojos iban de tu rostro a tus manos, intercalando una y otra vez.
ーHay que esperar a que seque la pintura.
Dejaste los pinceles y te acercaste hasta él.
Ni siquiera pudiste terminar de llegar, tomó tu cintura y te pegó de golpe.
ーQue linda mi pintora favorita.
ーSoy la única que conoces.
ーIgual eres la favorita.
Reiste, Geto sentado al borde de la cama. Sus brazos atrapadote en un abrazo.
ー¿Todo bien?
ーSí, ¿por qué preguntas?
Sus manos se removian de nuevo. Alternándose entre su cintura y más arriba de tu cadera, Geto era alguien imposible, no podía mantenerse quieto ni porque supiera algo, tus manos daban tirones suaves en su cabeza.
Mantenerte cerca de él provocaba una seguridad que inclusive, no entendía. Quería decir, siempre salió con chicas pero contigo, algo cambió desde que te vió en esa primera asesoría.
Las cosas en su mente no se ponían en orden, quería hacer de todo contigo, poco a poco te integrabas de manera natural y tú presencia era algo tan natural con sus amigos, algo que siempre agradecía, no pudo enamorarse de mejor persona que tú.
ーSolamente, quiero saber si mi chica hermosa se encuentra bien.
ーEstoy bien, estamos disfrutando de esto juntos así que todo está bien.
Como si fuera posible, Geto te jaló más hasta él, en un mal movimiento ambos terminaron cayendo en la cama. Sus manos en tu espalda baja.
ーA veces no me puedo controlar.
Un susurro más ronco de lo usual. Sus labios buscando con urgencia los tuyos. Roces indecentes, un leve jadeo se escuchó de su parte.
Sus labios atacaban los tuyos, era cínico en sus acciones, rozando tu lengua mordiendo tu labio inferior, sus manos tocando todo a su paso.
Incontrolable.
Así se sentía, aún cuando podía sentir un leve lamento, no se detenía, le gustas tanto, verte, no es solo algo físico, de hecho nunca empezó por algo físico pero tenerte encima de él provocaba cosas, cosas que quería evitar pero no quería parar.
El toque de la puerta, ¿su salvación o su destrucción?
ー¡Suguru!
La puerta abriéndose de golpe y mostrado a un peliblanco.
ー¿Por qué tu casa huele a comida? Tú no sabes cocinar.
Que vergüenza.
Te movió a su lado y tomó la almohada más cercana.
Sus mejillas sonrojadas, su pantalón apretando.
ー¡____!
Se acercó efusivamente para saludarte con una alegría desbordante.
ー¿Estaban teniendo una cita?
ーSí, gracias por arruinarla.
Mencionó un molesto Suguru, todo estaba fuera de control.
ーYo también quiero cenar con ustedes.
El peliblanco te jaló directamente a su dirección, sonreiste y miraste a Geto, primera vez que veía ese puchero en ti, mierda, las ganas de quitar a Satoru y volverte a tener encima de él crecían en gran manera.
ーVamos, sobró bastante, ya lo había guardado para que Geto desayunara mañana.
ーSí, déjenme aquí. ¡Solo!
Gritó Geto viendo como salían, suspiró frotando sus manos en su pantalón, otro problema que arreglar.
Después de unos minutos salió de la habitación, Satoru hablaba animadamente mientras tú lo escuchabas, otra cosa que adoraba de ti. Tan amable con sus amigos.
ーJusto a tiempo Suguru, le estaba contando a ____ la vez que tomaste alcohol por primera vez y terminaste vomitando.
¡¿Por qué te cuenta eso?!
ー¿No podías escoger otra historia?
ーEsa es de mis favoritas.
Sus ojos rodando de un lado a otro, maldito Gojo.
ー¡Ah! ____-chan, eres muy buena cocinando. A Geto se le quema el agua.
ー¿El agua se puede quemar?
Satoru solo estaba molestando, la realidad es que no sabía que estaba contigo, aunque es divertido molestarlo un poco. Tu rostro muy feliz por verlos discutiendo como niños era algo que Geto no se podía sacar de la cabeza.
Tanteó entre la mesa y entrelazó sus dedos con los tuyos.
Quería que todo eso durará toda la vida estaba listo para muchas, es implicaba compartir más de su vida.
No había escuchado la plática que mantenían ustedes dos pero se sentía feliz de ver a su mejor amigo y a su futura novia conviviendo.
ーY ya, Geto siempre ha sido bueno en muchas cosas pero es malo dibujando y todo eso.
ー¡Oye!
Ríes con fuerza.
Ambos estaban igual de enamorados, ni más ni menos.