Casi no se habían visto, hablando de Geto y tú. Ambos estaban en sus ocupaciones, sus carreras eran tan distintas. Eso pasaría pero Geto siempre te mandaba mensajes, tenían dos semanas de ese modo. Ya querías ver al pelinegro, extrañabas su presencia y para que mentir, extrabañas que te estuviera abrazando a cada rato.
Era un jueves y Geto no soportaba ya no verte, ambos se habían compartido sus horarios para tener en cuenta los tiempos del otro. Tenía rato que salió y ahora solo se dedicaba a esperarte.
La paciencia se le agotaba hasta que por fin escuchó voces del salón, varios alumnos salían de ahí. Solo necesitaba encontrarte.
No fue difícil. Fuiste la última en salir, tus amigos se despidieron de ti y tú rápidamente lo viste.
ー¡Geto!
Vas hasta su lado y lo atrapas en un abrazo.
ーYo también te extrañé, cariño.
Ah, el amor universitario.
ーNecesito ir a la sala de artes, ¿me acompañas?
Sí, sí, sí, obvio que sí.
ーClaro.
No había muchas personas.
ー¿Qué harás?
ーRevisar una pintura.
ー¿Todo esto es obligatorio?
ーAlgo así, primero tenemos que aprender a papel, dibujar con lápiz, pintar con óleo, acrilico y todo eso. Ya luego pasamos a lo digital.
ーNo sabía eso.
ーEs normal. Yo no sé mucho de tu carrera.
Llegaron hasta el salón, entraron y estaba oscuro. Escenario perfecto para...
Fuiste directo a encender la luz y Geto vió varios cuadros. Intentando adivinar cuál era el tuyo.
Fácil.
No tanto pero sabía que era tuyo.
La pintura, en esos tonos sombríos, veía su perfil, sabía que tú lo estabas pintando a él.
¿Qué era esa taquicardia?
ー¿Te gusta?
ーEs muy hermoso, ni siquiera puedo elegir un adjetivo que esté al nivel de tu pintura.
Mencionó con leve emoción, estaba impactado al ver que lo pintaste, dios, si alguien veía ese cuadro podría sentirse demasiado triste, lo plasmaste todo, te amaba.
ー¿Desde cuándo me conoces?
Mencionó sabiendo que esa imagen mental tuya no era reciente.
ーDesde que entré, a veces te quedabas en una banca sentado, mirando a la nada, parecías, destrozado. No sé como explicarlo pero nunca me quité esa imagen tuya.
Un golpe total, ¿era obra del destino? Cada día confirmaba que aceptar esa tonta asesoría fue lo mejor que pudo haber hecho.
ーEs difícil, a veces, sientes que no eres capaz, lo que estudias puede dejar de verse como una pasión. Ese semestre fue muy difícil, no mejoraba por más que esforzaba, casi abandono la carrera por el estrés y la ansiedad que sentía, pero ni Gojo ni Shoko lo permitieron. Luché mucho ese semestre, me sentía horriblemente solo e inútil. Creo que si no te hubieras acercado de esa manera tan insistente a pedirme asesorías, hubiera vuelto a caer en lo mismo.
Confesó sin ningún temor, sabía con certeza que eras muy confiable, la comodidad contigo siempre estaba presente. Esas cosas que no todos te otorgan.
ーMe alegra ser insistente entonces.
¿Así se siente la sensación de liberación?
ーEl cuadro es tuyo, es un regalo, desde que lo empecé, aún sin tener nada, supe que quería que tú lo tuvieras.
Otro regalo, ¿cómo podía igualarte? Inclusive compararte con alguien más era una mera burla. Eres muchísimo más de lo que alguna vez sintió merecer.
ーTe lo daré cuando me lo califiquen, solo quería darle algunos detalles.
Vaya, tenías pocos pinceles afuera y un poco de pinturas.
ー¿Me esperas?
ーClaro.
Un grito interno, te estaba viendo trabajar, en su retrato.
Estaba agradecido con todo, tu rostro de concentración, ¿por qué eres tan hermosa? Preguntas que no puede contestar.
Tus manos dando leves pinceladas, únicas pinceladas, pintale la cara a Suguru y él no se lavará la cara nunca más.
No duraste mucho en el cuadro, solo eran detalles. Cuando Geto lo volvió a ver, vaya, esos detalles hacían que se viera demasiado lindo.
ーMe encanta.
Murmuró sin despegar la mirada del cuadro. No pensaba mucho pero sus pensamientos eran buenos, siempre para ti serían los mejores halagos.
ーGuardo todo y nos vamos.
Y eso hiciste, guardaste todo pasa por junto al pelinegro. Geto al verte, no podía dejarte cargando una mochila, así que, la tomó, no te dejo decir nada.
ーSe ve pesada, así descansas un poco.
¿Qué? En fin, no cuestionaste y se la entregaste.
El lugar empezaba a sentirse fresco, frío. No traías suéter y él solo iba en su típica manga larga negra.
Un torrencial cayendo, llegaron a la entrada del edificio, gran sorpresa al ver que estaba lloviendo, horrible por decir menos.
La luz se vió en el cielo totalmente morado, esa luz indicando que pronto habría un trueno.
ーNo debimos quedarnos hoy.
ーLlamaré a Satoru.
Sentiste como se alejó unos segundos de ti y el sonido del trueno resonó, odiabas aquellos sonidos y por mera inercia diste un pequeño salto para regresar con Geto.
Geto no pudo moverse más, te abrazó tan rápido vió eso. Ambas miradas se conectaron rápidamente, el corazón del pelinegro otra vez palpitaba acelerado.
ー¿Estás bien?
ーPerdón, no me gustan los truenos.
Susurraste muy tímida al estar en esa posición.
Era inevitable.
Geto con la poca cordura que tenía presente, tomó tu rostro, las gotas se escuchaban con fuerza. Tocó tus labios. Su tacto un poco áspero.
ーMe gustas mucho.
Sentiste su aliento cerca. Ni siquiera reaccionabas, no querías moverte.
Suguru no esperó más y los unió, atrapó tus labios con los suyos, él llevaba el control. Tomar tu nuca y acercarte más a él, su mano deslizándose por tu cintura.
No podía detenerse, ahora podría declararse adicto a tus labios, su sabor dulce prevalecia, la sensación de suavidad. Era un beso ansiado por el pelinegro.
La falta de aire se hizo presente, no hubo una separación, simplemente se despegó y rozó su nariz con la tuya, un gesto extremadamente cariñoso. No sabía que decir pero ver tus ojos cerrados y tus labios brillantes solo lo hicieron sonreír. Un casto beso sentiste, Geto estaba eufórico pero no lo demostraba, tanto.
¿Qué le habías hecho?
Gracias por las 200 vistas, lloro😿