De aquellas noches sin dormir - Shin Soukoku [FINALIZADO]

Perro salvaje y gatito de casa

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Con amor Yuri uwu]

Nakajima estaba temblando al sentir la mirada oscura sobre él.

Por alguna razón aquel chico sentado al final del aula le parecía infinitamente intimidante. Sentía que le miraba como si lo odiara y no sabía porque.

– Mn presentese Nakajima-kun. – Ordenó el profesor al ver que el niño no decía nada.

– Ah... Soy Nakajima Atsushi, tengo 14 años y vengo de Tokio, hemos venido por cuestiones laborales... Es-Espero que nos llevemos bien. – Comento con timidez.

Akutagawa pudo escuchar el chucheo de algunas de la chicas. Al parecer el estudiante nuevo era extremadamente tierno, su apariencia les recordaba a un gato albino.

Akutagawa no pudo estar en desacuerdo.

– Bien, en la tercera fila hay un asiento libre. – El chico asintió ante la orden del profesor.

El albino quedó en el último asiento de dicha fila. Estaba a dos filas de distancia del puesto de Akutagawa, cosa que lo tranquilizó, realmente le causaba un poco de miedo y seguía sin saber porque.

Finalmente Akutagawa desvío la mirada del recién llegado al aula.

Ya había perdido el interés.

La clase dió inicio y Akutagawa volvió a su libro, la clase solía tardar en empezar como tal, el profesor siempre hacia anuncios o contaba anécdotas antes de empezar con la lección.

Por lo cuál podía darse el lujo de leer un poco de aquella historia que le gustaba. Paul había notado que tenía una gran pasión por las novelas existencialistas, algunas a veces un poco oscuras o profundas, a Akutagawa me gustaban autores como Niihara Ryuunosuke¹, Tsushima Shouji² o Franz Kafka.

En medio de su lectura y apenas empezando la lección, Ryuunosuke sintió una fuerte picada en su cabeza, no era la primera vez que le sucedía ni iba a ser la última.

Ignoró el dolor un tiempo más hasta que físicamente le fue imposible y termino perdiendo la conciencia.

Cuando Akutagawa cayó al piso, todos se vieron alarmados pero ninguno de sus compañeros quiso hacer algo al respecto, nadie se acercó más que el profesor y Nakajima.

Con ayuda del adulto, Atsushi logro llevar al chico hasta la enfermería.

La mujer parecía estar completamente acostumbrada a ver al azabache en aquel sitio, por lo cuál solo indico la cama en dónde debían dejar al muchacho.

Pasados un par de minutos, Ryuu recuperó la conciencia, junto a un fuerte dolor de cabeza y mareo.

– Come esto Ryuunosuke-kun. – La mujer le ofreció una barra nutritiva. – ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir?

– Al rededor de una semana ya... –

– ¿Antes de eso dormiste bien? –

– Yo nunca he dormido bien. –

El ambiente pesado estaba haciendo que el albino se sintiera sofocado ¿Por qué no se negó a la petición del profesor?

– Debo entregar mi reporte semanal, quédate aquí con tu compañero hasta que vuelva. – Ordenó antes de salir de la enfermería.

En ese momento el azabache vio al albino que estaba sentado al lado de su cama, tenía sus puños apretados contra el pantalón del uniforme, se veía nervioso.

– ¿Qué haces aquí? –

Atsushi pego un pequeño brinco cuando Akutagawa pregunto.

– El-El profesor me perdió quedarme... Cómo soy nuevo, no debo presentar el reporte... – Dijo en un hilo de voz.