De aquellas noches sin dormir - Shin Soukoku [FINALIZADO]

Primer beso

Estaban en la casa de Akutagawa, Atsushi se sentía un poco nervioso, era su primera vez en la casa de un amigo.

Le hubiera gustado estar ahí por un trabajo en grupo, pero ese no era el caso. Akutagawa lo había invitado solo porque quería verlo fuera el horario escolar, esas habían sido sus palabras y Atsushi solo podía sentirse nervioso.

Pero ¿Por qué estaba tan nervioso?

Sentado en medio de la sala de estar, miraba el lugar curioso e intentaba distraer su propia mente de la situación.

– Atsushi-kun. – Lo llamo Arthur. – Gin-chan tiene que hacer un trabajo en grupo ¿Les importaría ir a jugar a la habitación de Ryuu?

Atsushi quedó en blanco ¿Él en la habitación de Akutagawa? ¿Solos? ¿Los dos?

– Está bien... Papá, iremos. – Dijo Ryuunosuke quien llegaba de la cocina con unos dulces que había preparado Paul.

La sonrisa de felicidad de Arthur hizo que Atsushi olvidará sus nervios.

Sabía que Arthur eran los padres adoptivos de los hermanos Akutagawa, debía ser una enorme felicidad ser llamado "papá".

– Vamos Jinko. – Lo llamo.

Atsushi volvió a la realidad de golpe.

Estaba a punto de ir a la habitación de Akutagawa Ryuunosuke, la persona que hacía que su corazón se sintiera inquieto. Llevaba semanas sintiendo un extraño cosquilleo en su vientre cada vez que Akutagawa se acercaba.

¿Era lo que creía?

Ya en la habitación del azabache, Atsushi se sentía tan nervioso como emocionado. No tenía ni idea de que iba a suceder.

Mientras Ryuunosuke ponía los dulces en la pequeña mesa de la habitación, el albino miraba a los alrededores.

Sabía que también era la habitación de Gin, pero, ver la diferencia entre el lado del chico y de Gin era divertido.

Gin a pesar de su apariencia reservada y sería, tenía muchas cosas adorables.

Desde peluches hasta pósters de alguna serie.

Mientras que el lado de Akutagawa era excesivamente simple, su cama tenía una combinación de colores azules ay negros y ya. No había decoraciones o algo por él estilo.

Solo una pequeña biblioteca en la pared con libros y mangas, que hasta donde sabía, eran regalo de Paul.

– Akutagawa, tu habitación es muy... ordenada. – Comentó Atsushi, tratando de romper el hielo que se había formado desde que habían entrando, mientras se sentaba en el suelo.

– ¿De veras piensas eso? – Akutagawa sonrió de lado. – Supongo que no la ves cuando estoy buscando algo.

Atsushi rió suavemente, relajándose un poco más.

El ambiente era cómodo, pero la tensión flotaba en el aire.

– ¿Por qué me invitaste aquí? – Preguntó Atsushi con una curiosidad evidente en sus ojos.

Akutagawa se sentó frente a él, cruzando las piernas. Por un momento, desvió la mirada, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.

– Bueno... Quería estar contigo fuera de la escuela. Quería tener un momento solo contigo. – Dijo finalmente.

Atsushi notó un ligero sonrojo en las mejillas del azabache lo cuál hizo que también se sonrojara un poco.

Aunque esperaba esa respuesta, escucharla de nuevo hizo que Atsushi se quedará sin palabras por un instante, pero luego sonrió sinceramente.