📚Manzanas y un heredero italiano🎸

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La casa de la abuela de Bella en las noches era tan silenciosa que podías llegar a asustarte. El sillón era incómodo, frío y las cortinas de las ventanas tenían una transparencia por la que veías el bosque oscuro del otro lado.

¿Acaso tienes miedo?

¿No debería?

No teniendo en cuenta que tienes veinte años.

La edad no importa.

Frases para conquistar viejitos millonarios. Parte uno.

Cállate ya. Tengo miedo.

Escuché pasos. Cerré los ojos y me tapé completamente como si eso fuese a resolver algo.

Claro, el fantasma te ve y dice "Uy no, tiene sábana. No puedo, volveré otro día". Idiota.

¿Es que no te callas ni en situaciones de muerte?

¿Tú te das cuenta que discutes contigo misma como una idiota?

Mierda. Los pasos se acercaron y una mano tocó mi tobillo. Grité, tiré la sábana sobre lo que sea que hubiese ahí y corrí escaleras arribas entrando en la primera habitación que encontré. La de la abuela de Bella. La señora despertó del tiro, asustada.

Tu esquizofrenia acaba de despertar a una anciana majísima a las dos de la madrugada.

—¿Deilen?. ¿Estás bien?.

Las chicas aparecieron por la puerta. Maya detrás riendo. ¿Acaso...?

Sabes que sí

—¿Que ha pasado? —Amy despeinada bostezó.— ¿No puedes gritar en la mañana?

—Maya me ha agarrado de un tobillo y me ha asustado, pensé que era un puto fantasma.

—Tienes veinte años, Kailen. No existen los fantasmas —me miró. Maya seguía riendo como estúpida.

—¿Se puede saber qué hacías allá abajo a esta hora? —Becca le preguntó.

—Quería que me hiciera hueco en su sofá. Bella ronca como un tractor. No he podido pegar ojo.

Y mirándolo bien, Bella no estaba allí, los gritos no la habían despertado.

—Desde que era una bambina hace eso —la señora confirmó— Tiene el sueño tan pesado como una piedra. Ven, niña, te prepararé un té para que te calmes, las demás pueden ir a dormir.

—¿Qué se supone que haga? —Maya cuestionó.

—Te daré mi sillón. Puedo dormir en el piso. —contesté.

—El piso está duro, ya lo intenté, no te dejaré dormir ahí.

—El sofá es muy pequeño. ¿Cómo lo haremos?

—¿La nonna no dijo que Bella tiene el sueño muy pesado?. Pues es hora de que sus ronquidos abandonen la habitación.

Y así fue como Bella despertó en el sillón luego de caerse cuando se movió buscando más colchón. ¿Cómo no nos mató?. Fácil, le dijimos que sonámbula había ido hasta mí diciendo que quería el sofá y como no puedes despertar a un sonámbulo, yo me ofrecí a dormí en su cama. ¿Se lo creyó?. Para nada, pero en cuanto su abuela dijo que era cierto y que la había visto, al menos se convenció un poco y olvidó el tema.

—¿A dónde vamos? —preguntó Amy cansada de estar sentada.

—Día de campo —contesté.

—¿Este lugar no es ya un campo como para ir más allá?

La nota que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora